A pesar de que ya han pasado más de cuatro años desde su aprobación, la ley antitabaco sigue generando controversia. Superados los primeros conflictos originados porque los responsables de algunos locales se negaban a prohibir a los clientes fumar en su interior, ahora es el nuevo fenómeno de las terrazas retranqueadas el que centra la polémica. Pese a estar prohibido fumar en el interior de estos espacios semiabiertos, actualmente en proliferación, algunos clientes lo incumplen e infringen la normativa. Ante estos hechos, el Departamento de Sanidad de la DGA, a través de la dirección de Salud Pública, ha intensificado en los últimos meses la vigilancia sobre estos locales, llevando a cabo frecuentes inspecciones para comprobar si se cumple o no la ley.

El texto de la misma señala que "se entiende por espacio al aire libre (y por lo tanto, se puede fumar) todo espacio no cubierto o todo espacio que estando cubierto esté rodeado lateralmente por un máximo de dos paredes, muros o paramentos". La inmensa mayoría de estos retranqueos tienen tres paredes, por lo que estaría prohibido fumar allí.

Pero fuentes de la dirección de Salud Pública argumentan que, en muchas ocasiones, la ley no se cumple, por lo que los inspectores han sancionado a propietarios de locales. En primer lugar, los funcionarios pasan por los locales a título informativo y les recuerdan a sus responsables los principales aspectos de la ley, como el de la necesidad de colocar los carteles de prohibido fumar en estas falsas terrazas. Después, si se continúa con esta ilegalidad, se les notifica un apercibimiento. Y en tercer y último lugar, se dictamina una multa de entre 600 y 6.000 euros por el incumplimiento de la ley.

En los últimos años, ha aumentado notablemente la implantación de este tipo de construcciones, que consiste en retranquear la puerta de los establecimientos para crear un espacio acogedor al aire libre pero de interior, a medio camino entre una terraza clásica en la calle y una especie de vestíbulo. Estas zonas son perfectamente legales siempre que se cuente con la pertinente licencia de obras. Si bien es cierto que en algunas de estas áreas no se ha prohibido fumar por parte de los responsables, en otras ocasiones, la percepción que algunos clientes tienen del retranqueo como un espacio abierto ha hecho que hayan fumado en su interior pensando que estaba permitido.

Esto ha llevado a situaciones como la que sufrió el Café del Tíbet de la capital aragonesa (en la imagen) hace escasos días. El bar, inaugurado recientemente en la calle Sanclemente, dispone de un retranqueo dividido en dos zonas, una con tres paredes –en la que no se puede fumar– y otra con dos –en la que sí–. Recientemente, un inspector de Salud Pública apercibió al establecimiento porque observó un cigarrillo apagado en la zona prohibida. Uno de los trabajadores del local, Jesús Romera, advierte que "siempre hemos cumplido la ley. Tenemos puestos los carteles de prohibición e informamos a los clientes, pero es muy complicado controlar el 100% de los movimientos que hacen todos", señala.

María Durán, de la Federación Española de Hostelería y Restauración, señala que aunque la ley "se entiende", es "un tanto ambigua" en algunas de sus partes. "Paramento es una palabra bastante amplia, que no deja claro qué tipo de estructura tiene que ser ni si la fachada cuenta como tal. Tampoco se especifica el papel que pueden jugar los toldos en estas zonas, y estos pueden ser tanto abiertos como cerrados", apunta Durán.

El presidente de la Asociación de Empresarios de Cafés y Bares, Pedro Giménez, sostiene en cambio que la ley "es muy clara" al respecto. "Es cierto que el espíritu de la ley, que es preservar a los no fumadores de los efectos del tabaco, no se incumple en estas circunstancias. Pero si nos atenemos a la norma, fumar en los retranqueos si estos tienen más de dos paredes es ilegal", comenta Giménez.

El presidente de la Asociación de Restaurantes de Zaragoza, Luis Vaquer, también reconoce la "claridad" de la ley, y afirma que "todos sabemos que no se debería fumar, pero dado que ya se ha prohibido en el interior de los bares, algunos hosteleros sostienen que la molestia que se causa en este caso es mínima". "Se debe apelar un poco al sentido común a la hora de sancionar, porque fumar en estos espacios no supone un problema ni para los clientes ni para los establecimientos", sostiene Vaquer.

Los representantes de las asociaciones de hosteleros comentan que, ante las posibles dudas legales que puedan surgir al respecto, los propietarios de locales pueden acudir a sus sedes en busca de asesoramiento.