Luisa Miñana: "escribir es una necesidad, lo único que sé hacer"

Escritora versátil, utiliza las nuevas tecnologías para implicar al lector en la búsqueda de su propio mundo a través de la palabra.

Luisa Miñana.
Luisa Miñana: "escribir es una necesidad, lo único que sé hacer"
José Miguel Marco

Cuenta que ella es charnega, hija de aragoneses que nació en Barcelona y regresó a su tierra con 9 años. Luisa Miñana es una de esas mujeres íntegras y sensatas que explica con cierta timidez que lo que le obsesiona ahora es indagar hacia dónde vamos, con esa certidumbre que buscan los historiadores en su curiosidad casi filosófica por la realidad. "Puede parecer pedante, pero lo pienso con toda la humildad de persona preocupada del mundo en el que vive. Quisiera saber hacia dónde narices vamos, porque vivimos en una época absolutamente crítica y el mundo tal y como lo conocemos se va a acabar o va a petar; y dentro de diez años esto no tendrá nada que ver con lo que es hoy". Poeta, escritora, historiadora... es una pluma versátil que usa con verdadera fe todos los soportes tecnológicos a su alcance. Autora de la novela ‘Pan de oro’ o el poemario ‘Ciudades inteligentes’, tiene en marcha un pionero proyecto – ‘Pop-pins’– que usa todos los elementos y la infinitud que internet puede ofrecer. Cree que el lector es comodón porque lo quiere todo hecho y por eso es tan difícil de llegar con la poesía, porque obliga a construir nuevos mundos interiores. Disfruta y se apasiona tanto por la lectura que la hace por cualquier soporte, libro, ‘ebook’, móvil, ordenador..., "porque a todos adapto mis necesidades". Funcionaria por necesidad, reconoce, que gracias a su trabajo en el mundo de la comunicación, y a sus vertiginosos cambios, ha accedido a ese universo infinito y apasionante que ofrece internet "y que me permite gozar de cualquier cosa que se publica en el mundo. Increíble y maravilloso".


-Hace muchas cosas, ¿necesita sacarlas de dentro, escribirlas?

Lo único que más o menos sé hacer es escribir y necesito expresarlo y comunicar, aunque me gustaría saber tocar el piano, cantar... y creo que hasta tengo vocación de actriz frustrada.


-Novela, poesía, son mundos diferentes.

La poesía no solo es una vía de comunicación sino también de conocimiento, siempre lo ha sido. Cuando la escribes exploras cosas que aun no conoces. Las intuyes. Es algo raro de explicar. La novela es más un juego: con la poesía siempre estoy abajo y voy mirando y desentrañando mientras que en la novela necesito estar arriba, ver el panorama, tenerlo todo claro desde el principio, aunque cambie a lo largo del proceso. En la novela manda el escritor y en la poesía no.


-Es más difícil que te entiendan.

A veces pienso que soy clara en mi lenguaje poético porque utilizo uno muy normal de manera intencionada, pero luego veo que no. La poesía está para que cada lector haga su propio poema con lo que le sugiere y la gente no cuenta con ello porque está acostumbrada a que se lo den todo hecho. No pretendo que se queden con ‘mi’ poema, sino trasmitir sensaciones, sembrar inquietudes que es una de mis obsesiones, pero diferentes a cada cual porque la poesía no puede partir de nada, cuenta con la experiencia del lector.


-En ‘Pan de oro’ analiza la sociedad del renacimiento en Aragón.

Es una novela muy querida, y jamás seré capaz de escribir algo así, porque era primeriza y corresponde a una época de mi vida que ya no existe. Durante mucho tiempo me dediqué a investigar el arte del renacimiento en Aragón, al terminar Historia, porque colaboré con el departamento de Arte. Fue una época preciosa en la que viajamos en condiciones muy precarias por los pueblos de Aragón, eran los años 80 y cinco personas, ninguna con vinculación académica porque no era fácil entrar en la enseñanza, había muy pocas oposiciones pero nosotros queríamos hacer cosas y el departamento nos cobijó.


-Le hubiera gustado seguir el camino de la investigación.

Sí, claro, me lo pasaba muy bien, pero el escritor también investiga y ‘Pan de oro’ nace de todo lo que trabajé esos años. Siempre digo que cuando haces Historia no debes hacer literatura porque juega con la ficción, y la Historia debe basarse en lo que tienes, no puedes imaginar qué y cómo sucedió. No sé si me gustaría ahora, porque hago muchas cosas en el mundo de las nuevas tecnologías, y no por una cuestión de ‘aparatos’ sino de cambio de civilización.


-Trabaja mucho en él y usa fórmulas de escritura muy ágiles, interactivas, como su novela ‘Pop-pins’ en la que cada cual hace lo que quiere con lo que propone.

Sí, pero hay quien no termina de entenderlo. Yo propongo una historia no monolítica para que cada cual la construya como la sienta.


-Tiene un blog delicioso que le dedica a su sobrino Daniel, un niño con parálisis cerebral.

Es lo mejor. Lo intento mantener con un espíritu de orgullosa tía, pero también para que la gente, a través de lo que pasaba la familia, conociese cuáles son los problemas y las alegrías de la vida de la discapacidad. Quitarle hierro a muchas cosas y poner en valor otras. Hay que quitar esa actitud de que te den pena, que yo entiendo y que seguro tendría antes, pero Daniel es un niño que siempre ha sido feliz, puede que más que otros con sus problemas, o de una familia desestructurada, porque todo es relativo. Yo quiero que la gente no les mire con lástima, porque la lástima no ayuda, ayuda la implicación.


-Le ha marcado mucho.

Desde luego, te recoloca de una forma bestial y te das cuenta de cómo es la sociedad, porque cada logro para él se ha conseguido luchando, y fíjese dónde vivimos, en España, en occidente; cada cosa, el colegio, los médicos, cosas muy normales. Todo es una lucha y la vida, la cotidianidad con él es complicada.