Nace el sello editorial Limbo Errante y se estrena con 'Las pirañas' de Sánchez-Ostiz

Ofrecerá textos de narrativa y ensayo y en 2017 publicará títulos de Luisa Miñana, Nacho García-Valiño y Sandra Anaya.

Las Pirañas. Miguel Sánchez-Ostiz. Prólogo del autor. Limbo. Zaragoza. 500 pp.
Nace el sello editorial Limbo Errante y se estrena con 'Las pirañas' de Sánchez-Ostiz

Beatriz Jordán (Zaragoza, 1977) y Víctor San Frutos (Monzón, 1974) tenían un viejo sueño que han compartido con la oscense Juncal Pibernat: crear un sello editorial cuidado y elegante, centrado en la narrativa y el ensayo. Y así ha nacido la editorial Limbo Errante.


"No venimos a revolucionar nada. Sabemos que el sector es complejo y que no está en su mejor momento. Nos hemos preparado durante algún tiempo, hemos asistido a cursos de edición y llevamos meses trabajando –afirman Beatriz y Víctor–. Hay muchas editoriales que nos gustan: Acantilado, sin duda, el sello que forjó Jaume Vallcorba, ya fallecido; Siruela y Atalanta, los dos proyectos de Jacobo Siruela; Impedimenta, de Enrique Redel. En Aragón hay muy buenas editoriales: Jekyll & Jill hace unas ediciones fantásticas y muy bonitas, Tropo, Contraseña, que tiene un catálogo muy coherente y hace las cosas muy bien", dicen.


Limbo Errante saldrá a las librerías el próximo febrero y lo hará con una apuesta que era casi una obsesión: ‘Las pirañas’ de Miguel Sánchez-Ostiz. "Ahora se cumplen 25 años de su primera edición en Seix Barral". Es un libro claustrófico y doloroso, redactado como un monólogo obsesivo, que transcurre en Umbría (Pamplona) y que le costó algunos disgustos a su autor.


"Hablamos con Sánchez-Ostiz e intentamos convencerlo. Él también quiso saber quiénes éramos nosotros, qué línea íbamos a seguir, cómo iban a ser nuestros libros. Confió en nosotros. Nuestra edición de ‘Las pirañas’ tiene 40 páginas más de lo habitual porque hemos hecho una caja muy especial, con holgados márgenes, y Sánchez-Ostiz ha preparado un prólogo. Estamos muy felices", dice Víctor San. El libro lleva una portada con dibujo de Óscar Sanmartín Vargas y usa tipografía Caslon, creada por William Caslon en 1734. En los planes de publicación barajan la idea de editar seis libros en 2017 y de seis a ocho en 2018. Las tiradas, inicialmente, serán de entre 700 y 1.000 ejemplares.

Prólogo del autor

"Ya tenemos un segundo título: ‘Territorio Pop-pins’, una novela familiar de personajes y voces, vinculada a la experimentación y a la literatura transmedia, de Luisa Miñana. Cuenta con una portada de Agnes Daroca. Estamos ya en proceso de edición –señalan Víctor y Beatriz–. Nos encanta el proceso completo: la lectura y edición de textos, la maquetación, la corrección ortotipográfica, la relación con la imprenta, que es Icon Graff, etc. Queremos hacer libros bellos en el contenido y en el continente, con personalidad y con calidad", dicen.


Para 2017, Limbo ya tiene en preparación otros dos títulos: una novela inédita de Ignacio García-Valiño (1968-2014) y una novelita, un ‘thriller’ psicológico, de la autora ecuatoriana Sandra Anaya. "La novela de García-Valiño es un texto de unas 200 páginas, una novela familiar, el relato de dos hermanos, con una tragedia por en medio. Es una novela que tiene una relación especial con el mar, transcurre en Asturias, y está tocada de cierto costumbrismo", explican, y recuerdan que aún no tiene título definitivo.


Víctor San precisa: "Queremos vivir de esto. Nos jugamos nuestro patrimonio. Soñamos con crear un catálogo coherente, de libros que atrapen y que gusten, que estén bien, y tenemos la idea de ir incorporando alguna traducción poco a poco". Evidentemente, Limbo Errante también llega para desafiar a la crisis y los bajos índices de lectura.

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