La residencia de Movera reabre el lunes con críticas por la pérdida de plazas

El centro contará con 85 camas, cuando antes de la reforma tenía 134. El IASS ofrece a sus antiguos residentes la posibilidad de volver.

Tras ocho meses en obras y sin librarse de la polémica sobre su privatización, la residencia de Movera reabrirá sus puertas este mismo lunes. La reforma, financiada por la misma empresa que se ocupará de su gestión, se ha centrado en cinco de las trece plantas del edificio. El traslado de residentes se hará de forma progresiva hasta ocupar las 85 plazas vacantes. La Plataforma para la Defensa de las Personas Mayores de Aragón (Plademar) ha vuelto a denunciar la "maniobra" del Gobierno de Aragón para externalizar este servicio, ha criticado la pérdida de plazas y ha advertido de la merma de la calidad asistencial en los centros controlados por empresas privadas.


La rehabilitación de la residencia pública de Movera comenzó en agosto de 2014 con duras críticas de entidades sociales y colectivos de personas mayores. El Departamento de Bienestar Social decidió externalizar este servicio ante la falta de liquidez para acometer la reforma del edificio, que fue construido en 1977. La DGA sacó a licitación la gestión de este recurso hasta el año 2023. En los pliegos de condiciones se incluía hacerse cargo de la reforma del centro. Finalmente, el Instituto Aragonés de Servicios Sociales adjudicó este contrato a la empresa Clece S.A. por 21 millones de euros (de los que 2,4 se destinarán a los trabajos de mejora y rehabilitación del centro).


Plademar denunció ayer la pérdida de plazas asistenciales en este centro, que se abrirá con 85 camas y en el que antes vivían 134 ancianos. No obstante, queda pendiente la reforma del resto de plantas de la residencia (de la sexta a la decimotercera) que está previsto que se destinen a uso residencial o bien para apartamentos tutelados. Además, esta entidad ha advertido de la pérdida de calidad asistencial que acarrea la privatización de servicios públicos, "como se ha demostrado en la residencia de Utebo", de titularidad pública pero gestionada por una empresa privada.


En este centro, Plademar ha denunciado numerosas deficiencias por la falta de personal y la carencia de servicios básicos, como línea fija de teléfono o parada de autobús próxima, entre otras cuestiones. Asimismo, ha criticado que no se cumplan los pliegos de condiciones exigidos a la empresa. De hecho, hace un mes la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ) presentó una denuncia por la situación en esta residencia de mayores. "Vamos a estar pendientes para ver qué ocurre también en Movera", advirtió María Luisa García, de la Plataforma para la Defensa de las Personas Mayores de Aragón.

Regreso de los ancianos


Precisamente, el cierre de Movera motivó el traslado de gran parte de sus usuarios a otras residencias, incluida la de Utebo. Ahora, el Instituto Aragonés de Servicios Sociales está invitando a los antiguos residentes a visitar la reforma del centro de Movera y les informa de que tendrán preferencia a la hora de volver si así lo desean. Tienen de tiempo hasta final de mes para pensarse si quieren regresar a las instalaciones restauradas.


La residencia de Movera es la segunda, junto a la de Utebo, en la que el Departamento de Sanidad creará una Unidad de Convalecencia Sociosanitaria (UCS). Para ello, reservará 10 plazas para atender a las personas de más edad que no puedan valerse por sí mismas y que necesiten cuidados sanitarios, médicos o de enfermería. Será el propio hospital el que seleccione al posible candidato entre aquellos enfermos en los que haya detectado que cumplen los requisitos sanitarios y sociales exigidos y que carecen de suficiente apoyo familiar o social. Los responsables del centro sanitario elaborarán un informe médico y será el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) el que verificará la idoneidad.