"Hay que apostar por la economía del conocimiento"

Emilio lora-Tamayo
Presidente del CSIC

"Hay que apostar por la economía del conocimiento"
"Hay que apostar por la economía del conocimiento"

Emilio Lora-Tamayo, catedrático de Electrónica de la Universidad Autónoma de Barcelona, preside el CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) desde enero de 2012. Ayer dio una conferencia en Zaragoza sobre ‘El oficio de investigador’, dentro de la Escuela de Doctorado que organiza la Universidad.

¿España es un país de ciencias o de letras? Parece que de letras.

Si uno se fía de las estadísticas, diría que somos más de letras. Bueno, en realidad seríamos ‘de deporte’, porque la mayoría de los chavales quiere ser deportista profesional. Pero quiero creer que en ciencias tenemos un tirón especial. Eso no quiere decir que los científicos no tengamos que saber de letras.


Pero a veces da la sensación de que una buena parte de los españoles da la espalda a la ciencia. La frase de ‘¡Que inventen ellos!’ es algo más que un tópico.

La famosa frase de Unamuno ha hecho mucho daño, pero yo creo que está descontextualizada. Si se miran las encuestas y los estudios, se comprueba que en nuestro país la profesión de investigador está socialmente muy bien aceptada. El problema es que la sociedad española, cuando vienen mal dadas, tiende a recortar en investigación.


¿Y entonces...?

Si se recorta en investigación se recorta en conocimiento. Y, como consecuencia, también en innovación. Y la innovación es el motor de la economía actual.


En la situación de crisis actual, ¿todavía se hace ciencia en España?

Naturalmente, y de mucha calidad. Hay dos parámetros que se utilizan para medir la calidad del trabajo de los centros de investigación. El primero es el bibliométrico, que mide el impacto de los artículos que se publican en revistas especializadas. Ahí estamos en el séptimo u octavo puesto mundial. El segundo parámetro es el número de patentes:nos situamos en torno al puesto número 17. Está claro que tenemos un problema a la hora de traducir la investigación al terreno de la empresa, al desarrollo de patentes.


¿En qué estado de salud se encuentra el CSIC? Los últimos años han sido tormentosos.

Si nos fijamos precisamente en esos 4 ó 5 últimos años, podemos decir que cualquier año pasado fue peor: el 2013 peor que el 2014, el 2014 peor que el 2015... Hemos tenido una gran reducción presupuestaria seguida de una reducción de gastos y la situación ha sido muy delicada. Pero hemos saneado la situación y empezamos este año sin déficit.


Pero la institución ha experimentado en sus propias carnes el llamado ‘exilio científico’; ha perdido investigadores.

Sí, pero la situación está cambiando. 2007 y 2008 fueron años duros en cuanto al personal. El año pasado ofrecimos tan solo 20 plazas nuevas, con lo que no se llegaron a cubrir las bajas. Este año lanzaremos una oferta de un centenar de plazas de investigación, que es más o menos el 100% de la tasa de reposición.


¿Y los que se han ido al extranjero?

En términos generales, es bueno que investigadores españoles se instalen en el extranjero, como lo es que investigadores extranjeros se instalen aquí. Pero este país tiene que tener claro que, o apuesta claramente por la innovación, y por lo tanto por el conocimiento, o no tendremos nunca una economía verdaderamente competitiva. Y hay que disponer siempre de plazas suficientes para contratar a talentos.


¿Cuál va a ser la próxima revolución científica?

No lo sé. Pero los grandes avances que están por llegar no serán en disciplinas concretas sino por enfoques multidisciplinares. Serán temas en los que intervengan físicos, químicos, biólogos, matemáticos, sociólogos...