"Escribí este libro con intención cinematográfica"

Rosario Raro I escritora I La autora, que quiere que su novela se convierta en una serie televisiva, defiende la reapertura de la línea ferroviaria.

La escritora Rosario Raro, ayer, ante la estación de Canfranc.
La escritora Rosario Raro, ayer, ante la estación de Canfranc.

¿Por qué escribió este libro?

Si un tema simplemente te interesa, puedes escribir un relato con más o menos páginas, pero para escribir algo de largo aliento el tema tiene que convertirse en una obsesión. La estación de Canfranc me caló cuando vi imágenes suyas en la portada de un libro de lugares abandonados. Pensé que era como el Museo d’Orsay, que también está en otra estación en París. En las primeras vacaciones vine aquí y el impacto que sentí fue tremendo. No soy una experta en arquitectura ni en historia del arte, pero me impactó. Había muchas novelas posibles, pero tenía que acotar las ideas con los libros que leí sobre la historia de Canfranc en la II Guerra Mundial.Intenté no desviarme de lo que quería narrar.


¿Cómo planeó la narración?

No voy a esconder que este libro está escrito con una intención totalmente cinematográfica. Cada escena empieza y acaba; las entradas y salidas de los personajes están muy marcadas para facilitar el trabajo de los guionistas. Yo escribo porque es barato y versallesco, pero convertir mi texto en imágenes le cuesta a un productor un millón de euros. Mi intención es que se haga una serie, porque sería muy bueno para el pueblo de Canfranc, y sobre todo porque se reconocería un lugar histórico que no solo tuvo repercusión en España sino en la historia de toda Europa, que es mucho más importante.


Cómo levantina, un lugar de donde procedían los cítricos que se exportaban por Canfranc, ¿qué le parece que esta línea esté cerrada desde 1970?

La primera palabra que vi de pequeña en un indicador de mi tierra (Segorbe, Castellón) fue la de ‘Somport’ porque vivo en la Autovía Mudéjar. Cuando salgo de mi casa veo una señal que dice ‘Sagunto-Somport’. Es el puerto más alto y ese punto del Pirineo, en una orografía compleja, se salvó con el tren hacia Francia. No se entiende por qué está cerrado. He pensado mucho en el ‘qui prodest?’ de esta historia, para ver a quién beneficia esta situación. Y creo que para los exportadores naranjeros no es lo mismo llevar los cítricos en camiones o en vagones de trenes, como antes. Respecto a la plataforma por la reapertura del Canfranc (Crefco), mi aportación con la novela es modesta, pero mi libro le ofrece visibilidad y, para ello, la editorial Planeta es la más idónea. Hay que rescatar las causas perdidas.


¿Por qué convierte al jefe de la Aduana francesa, Albert Le Lay en Laurent Juste?

Lo hice como un homenaje a Le Lay. Él no quería que se supiera que fue un héroe de la II Guerra Mundial: guardando las medallas en un cajón ya estaba satisfecho. Y quería tener una vida contemplativa pero las circunstancias le convirtieron en un hombre de acción. No le permitieron vivir de otra manera.