Y me muero por volver

Volvió. Fue un día grande. Los whatsapps familiares circularon a velocidad de crucero. Y el día 31 de diciembre, el mismo día que realizó la entrevista con el que sería su jefe en Zaragoza, quedó contratado. Las condiciones laborales similares a las que disfrutaba en aquella ciudad, en la que todos sus habitantes tenían cara de humedad. Las condiciones económicas algo mermadas. No importaba nada. Cuando se llevan casi 4 años, como Javi solía decir, desterrado, no hay viento mejor que el cierzo. Felicitaciones, parabienes y agasajos llenaron esos primeros días del año nuevo. El futuro deseado abría sus puertas de par en par.


Dos meses han pasado de aquellos hermosos días. Pilar ha visto triste en algunos momentos a su hijo. Bueno, pensaba, todo cambió requiere un período de adaptación. Hoy Pilar está afligida, se disponía a poner la mesa cuando ha escuchado: "Mamá me equivoqué".


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