Que las universidades deben jugar un papel relevante en la transformación del sistema económico español es algo que, a estas alturas, debería estar fuera de toda discusión. Las empresas, los ciudadanos y la sociedad en general demandan a las universidades, cada vez con mayor intensidad, que no se limiten a formar a los profesionales del futuro sino que, además, realicen una investigación de excelencia orientada a resolver dificultades y retos reales, y que sean capaces de transferir a su entorno, de manera rápida y eficaz, el conocimiento y los resultados de investigación generados. En los últimos años, las universidades han realizado grandes esfuerzos en este sentido y han trabajado con intensidad para reforzar su vinculación con el tejido productivo, con los ciudadanos, con la sociedad.

En este contexto, en el año 2009 se lanzó en España el programa de Campus de Excelencia Internacional (CEI), en el marco de la Estrategia Universidad 2015, que perseguía modernizar la universidad española, promoviendo agregaciones estratégicas entre universidades y alianzas con otras instituciones con el fin de crear ecosistemas de conocimiento que favoreciesen el empleo, la cohesión social y el desarrollo económico territorial.

En el marco de este programa se puso en marcha el Campus de Excelencia Internacional del Valle del Ebro–Campus Iberus, como iniciativa conjunta de las universidades de Zaragoza, Pública de Navarra, La Rioja y Lérida, estableciendo una estrategia conjunta de agregación, especialización e internacionalización entre ellas, y definiendo un proyecto con identidad propia en el valle medio del Ebro.

Inmersos de lleno en el nuevo periodo europeo de programación 2014-2020, los CEI deben ser un instrumento clave para la evolución de los modelos de interacción entre las universidades y su entorno. Los principios de agregación, especialización e internacionalización sobre los que se han construido algunos de los CEI (entre ellos el Campus Iberus) hacen de ellos una herramienta de valor estratégico para las universidades con la que contribuir decididamente a la integración de la academia y el sector productivo.

Por una parte, mediante la agregación de recursos y de capacidades de I+D es posible alcanzar una masa crítica suficiente para hacer frente a determinados retos de investigación e innovación, orientados a resolver las necesidades reales del entorno, que no entiende de límites territoriales y administrativos.

Por otra, la especialización temática sobre la que se construyen los CEI, basada en las capacidades de I+D de sus universidades, debería estar orientada, al mismo tiempo, a las necesidades de los sectores productivos más innovadores de nuestra economía. En este sentido, los CEI constituyen en sí mismos, una Estrategia de Especialización Inteligente, necesariamente alineada con las RIS3 ‘Research and Innovation Strategies for Smart Specialization’ regionales, promovidas por la Comisión Europea. Las áreas de mayor dinamismo y excelencia en las que se han especializado los CEI deben actuar como elementos tractores de la transformación y dinamización, no solo de las universidades, sino de las regiones en las que estos se ubican.

Por último, la internacionalización ha sido siempre un factor clave para las universidades. En el nuevo contexto europeo de investigación e innovación, programas como Horizonte 2020, eminentemente orientados a la excelencia investigadora y a la innovación, deben ser un objetivo estratégico para promover y reforzar la colaboración entre las universidades y las empresas de su entorno, fomentando su internacionalización conjunta.

Las universidades deben ser capaces de poner en valor sus CEI como instrumentos sobre los que desarrollar estrategias innovadoras de interacción con el entorno, definiendo y experimentando modelos de innovación abierta ‘Open Innovation’ que contengan acciones integradoras de educación, investigación y transferencia, con una decidida orientación al entorno productivo y a la sociedad.

El Campus Iberus es una gran oportunidad para replantear, sobre la base de la excelencia, el papel de las universidades del Valle del Ebro en el proceso de cambio del modelo productivo hacia una verdadera sociedad del conocimiento. Para hacerla realidad será necesario el máximo esfuerzo de sus universidades y la máxima implicación de los gobiernos nacional y autonómicos, así como del sector productivo de las cuatro regiones en las que se ubica el Campus.