"El 40% de las vacas de mi granja acabarán muriendo"

Ganadería l Rubén Muñoz, copropietario de una explotación en Remolinos, asegura que no se recuperará de los efectos de la riada en un año

Una joven observa uno de los comederos de la granja de Remolinos tras los estragos de la riada.
Una joven observa uno de los comederos de la granja de Remolinos tras los estragos de la riada.
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Sus vacas han pasado de producir una media de entre 32 y 33 litros diarios de leche a tan solo 1,5. Y algunas no han sobrevivido a 72 horas sin comer, sin ordeñar y sin poder tumbarse, además de beber durante un día agua contaminada. Pero lo peor es que calcula que en los próximos meses podría llegar a perder casi la mitad de su cabaña.


Es el desolador panorama que ayer pintaba Rubén Muñoz, propietario junto a su hermano, su mujer y su cuñada de una explotación de 1.400 vacas en Remolinos –es una de las mayores de vacuno en Aragón–. Y lo hacía sin perder el ánimo, quizá gracias al apoyo que le han mostrado vecinos, amigos y ganaderos.


Recuerda que en 2003 el agua ya entró en la granja, situada a escasos 150 metros del río. "Entonces no teníamos defensa y después levantamos una medio metro más alta que la del pueblo", comentó. Pero no le ha servido para salvar su medio de vida –además de la familia, la explotación da trabajo a seis personas– ya que el nivel del agua alcanzó dentro hasta 1,20 metros. "Ha sido una pasada. El río ha subido 30 centímetros más que hace doce años y además mengua muy despacio", relató. De hecho, después de que las instalaciones quedaran anegadas el sábado, no pudieron acceder hasta el lunes por la tarde. Allí encontraron alrededor de medio centenar de vacas muertas y entre 60 y 70 terneros ahogados. "Y tememos que debajo del agua aún haya más", advirtió. Con todo, no cree que esto sea lo peor. "Las pérdidas se verán en los próximos meses y en un año no nos recuperaremos, porque un 40% de las vacas acabarán muriendo, entre 600 y 700", contaba.


Como consuelo ha recibido un aluvión de apoyos. El lunes, se juntaron unas 30 personas entre familiares, amigos, vecinos... para intentar recuperar la actividad cuanto antes. El agua aún les llegaba por la rodilla, pero allí estaban fontaneros y electricistas para reparar las instalaciones, gravemente dañadas también. Además, ha perdido miles de euros en pienso y otro material que tenía almacenado y que ha quedado inservible.


Pero no solo ha encontrado ayuda en su pueblo y los del entorno, también a través de internet le han llegado ofrecimientos de todo tipo, como explicaba a su lado José María Álvarez, amigo y portavoz de la Organización de Productores de Leche a nivel estatal. A través de este colectivo, "gente de toda España y Portugal se ha brindado para abrir una cuenta solidaria, venir a limpiar, regalarle vacas...", enumeró Álvarez. "E incluso querían regalar ocho camiones de paja, valorados en 12.000 euros", añadió. De momento, Muñoz y su familia no tienen previsto echar mano de esas ofertas, "pero se agradece, eso no se paga con perras", decía. "Los ganaderos se han portado muy bien, y el resto, nada", reprochó en referencia a los políticos.

Oficinas de atención a afectados

Por otra parte, ayer se abrió en Alagón la oficina de la DGA para atender a los afectados por la riada en la ribera alta. Mañana se abrirá otra en Quinto para la ribera baja. El objetivo, explicó el consejero de Medio Ambiente, es tramitar las solicitudes para "que todo el daño patrimonial sea restaurado y llegar a lo que el seguro agrario no cubre".