Sorpresas fílmicas en Zaragoza
La Filmoteca de Zaragoza acaba de restaurar un documental del Madrid de los años 30 del siglo pasado con una curiosa imagen de la ciudad a pie de playa
En ambos casos, las cintas se titulan Biarritz en Madrid y Madrid antiguo, se trata de originales en soporte de nitrato en blanco y negro. Con este material, "altamente inflamable y muy inestable, se degrada irreversiblemente", como explica la directora del departamento de Investigación y Archivo de la Filmoteca, Ana Marquesán, se fabricaron las películas hasta mediados del siglo pasado, cuando fueron sustituidas por las realizadas sobre acetato de celulosa. De hecho, los filmes en soporte de nitrato tuvieron que ser enviados en 1991 a la Filmoteca Española por razones de seguridad.
Son las dos primeras cintas que ya están listas de una nueva etapa de colaboración con la institución nacional y con la que ya se está trabajando en, al menos, otros cinco títulos que verán la luz en los próximos meses. Coincide que ambas pertenecen al fondo fílmico del coleccionista Raúl Tartaj, que el Ayuntamiento de Zaragoza adquirió en 1991. Su colección de películas las fue reuniendo durante años de todo tipo de procedencias (distribuidoras, rastros, particulares...) y de toda clase de contenidos. Con el tiempo ha dado más de una sorpresa, como el hallazgo entre los rollos de Carne de fieras (1936) de Armand Guerra. El estallido de la Guerra Civil impidió su estreno y el hecho de que contuviera imágenes de desnudos femeninos, entre otras características, contribuyó a que no viera la luz en la posguerra.
Ana Marquesán llama la atención sobre el contenido de la primera cinta, casi una crónica social sobre cómo se divertían en ese oasis que se construyó junto al río Manzanares. Así, se pueden ver desde la pista de patinaje, la de tenis, el minigolf y el frontón hasta regatas, la carrera de caballos marinos, saltos de trampolín y un partido de waterpolo. Y, por supuesto, grupos de bañistas con anticuados trajes entonces modernísimos.
El filme, cuenta Marquesán, depara otra pequeña sorpresa, la mención a Tina de Jarque, una vedette de revista de la época cuya única intervención en el cine sonoro fue Carne de fieras, una de las joyas que se rescataron en la Filmoteca zaragozana. "El locutor hace una broma y dice que se bañan en una tina y no con Tina". La responsable de la Filmoteca espera poder organizar una proyección pública con el último material, gran parte de él inédito, que se está restaurando.