La provincia pierde en 20 años el 69% de los efectivos militares con el cierre de cuarteles

Huesca, que en 1994 contaba con 3.400 soldados, suma ahora 1.050 entre la capital y Jaca. La alcaldesa, Ana Alós, solicitará mañana al ministro de Defensa que el Sancho Ramírez continúe abierto.

El cierre del cuartel Sancho Ramírez, en la calle División 52 de Huesca, está previsto para 2016
La provincia pierde en 20 años el 69% de los efectivos militares con el cierre de cuarteles
Javier Blasco

La provincia de Huesca ha perdido 2.350 militares en los últimos 20 años debido a la reducción de tropas y al cierre de los cuarteles de Sabiñánigo y Barbastro, en 1996, y del Alfonso I de la capital oscense en 2001. De los 3.400 efectivos con los que se contaba en 1994, quedan solo 1.050, un 69%. De ellos, 800 están en Jaca, distribuidos en el acuartelamiento de la Victoria, donde el regimiento de Cazadores de Montaña ‘Galicia 64’ tiene 500 componentes; y el cuartel de San Bernardo, con 300 militares de la Jefatura de Tropas de Montaña, la Escuela Militar de Alta Montaña, el Centro de Comunicaciones y la Unidad de Servicios Base ‘Oroel’.


En la capital hay 250 personas trabajando en el Sancho Ramírez, unas instalaciones que Defensa tiene previsto clausurar en el primer semestre del año que viene y cuya permanencia defiende mañana la alcaldesa, Ana Alós, ante el ministro Pedro Morenés.


En 1994, en la provincia había 500 militares en Sabiñánigo (cuartel de Gravelinas), 600 en Barbastro (cuartel General Ricardos), 1.200 en Jaca (cuarteles de la Ciudadela, la Victoria y San Bernardo) y 1.100 efectivos en la ciudad de Huesca (700 en el SanchoRamírez y y 400 en el Alfonso I).


Las disminuciones de contingentes en la provincia comenzaron en 1986, cuando entró en vigor del Plan META, que hizo desaparecer el regimiento de Infantería ‘Barbastro 43’ y que en años sucesivos supuso la reducción del regimiento Valladolid 65, trasladado desde Huesca a las instalaciones barbastrenses, y del batallón Gravelinas de Sabiñanigo. Ambos cuarteles se cerraron en el año 1996.

El primer movimiento

Félix Generelo, coronel ya retirado que desempeñó su cargo en el Sancho Ramírez, señala que el cambio de ubicación del regimiento Valladolid 65 fue "lo más fuerte". La ciudad, que era cabecera de una de las dos divisiones que el Ejército tenía en Aragón, la División de Montaña Huesca 52, cubría todo el Pirineo aragonés, pero empezaba a perder peso en el mapa militar configurado tras la Guerra Civil. Desde 1986, los movimientos encaminados a reducir la presencia de efectivos e instalaciones en la provincia han sido continuos.


Entre 1996 (ya cerrados los cuarteles de Sabiñánigo y Barbastro) y el año 2000, por aplicación del Plan Norte, se produjo una nueva reorganización que originó otra disminución de personal. En Jaca se mantuvieron todas las guarniciones en sus acuartelamientos: el mando y plana mayor del Regimiento Galicia 64, el batallón Pirineos I/64 y la USAC la Victoria, así como la Escuela Militar de Montaña.


En Huesca estaba el Sancho Ramírez, con 700 militares de la brigada de Cazadores de Montaña Aragón I, el grupo logístico de montaña, el batallón de ingenieros adscrito a la brigada y la USAC. El cuartel Alfonso I contaba con 400 efectivos del grupo de Artillería de Montaña y de la USAC (unidad de servicios del cuartel).


Pero cuatro años después, en el 2000, una nueva reordenación del Ejército trasladó la brigada de Montaña (con sede el SanchoRamírez) desde Huesca hasta Jaca. Se instaló en el cuartel San Bernardo. Al año siguiente se cerró el acuartelamiento Alfonso I de Huesca y el grupo de Artillería que lo ocupaba se reubicó en el otro cuartel de la capital oscense.


Los ajustes del Ministerio de Defensa continuaron y en 2009 desaparecieron las unidades que se encontraban en Huesca. Para dar un uso al cuartel Sancho Ramírez , construido en 1953, se trasladó desde Zaragoza el grupo de Transporte IX/41. De los 700 militares, quedaron en 250, los que hoy está pendientes de un nuevo traslado a Zaragoza, sede de la brigada a la que pertenecen.


Generelo, autor de varios libros, como el de ‘Huesca, plaza militar. Cuarteles y alojamientos de la tropa siglos XVIII-XX’, considera que "es una pena que los cuarteles desaparezcan porque son las industrias más limpias que tienen las ciudades". Este será, sin duda, uno de los argumentos que la alcaldesa, Ana Alós, esgrimirá mañana ante el ministro de Defensa, Pedro Morenés. Después del Ayuntamiento y del hospital San Jorge, el cuartel Sancho Ramírez es el tercer centro de trabajo de la ciudad en cuanto a empleos. Este es el razonamiento de la Plataforma de Afectados por el cierre del cuartel Sancho Ramírez, que en una semana ha conseguido reunir más de 2.000 firmas contra la clausura de las instalaciones.


También hay inquietud en Jaca, donde quedan 800 efectivos. Su alcalde, Víctor Barrio, solicitará al ministro que se mantenga la plaza de general de la Jefatura de Tropas de Montaña, que se puede trasladar a Zaragoza.