Solo una de cada cinco estaciones de tren siguen abiertas y con personal en Aragón

El ADIF únicamente presta servicio en 22 de las 104 terminales en las que para el ferrocarril y este año cerrará otras cuatro

Aduce que no hacen falta trabajadores en las líneas controladas desde el puesto de mando de Zaragoza

Solo una de cada cinco estaciones de tren siguen abiertas y con personal en Aragón
Solo una de cada cinco estaciones de tren siguen abiertas y con personal en Aragón
N. Barceló

El Ministerio de Fomento ha condenado al ostracismo al ferrocarril convencional de Aragón. No solo destina aquí los trenes más viejos de la flota de Renfe, aplica unos horarios intempestivos y ha recortado las frecuencias en las líneas regionales, sino que también deja las estaciones sin servicio.


Y lo hace de una forma implacable y sistemática, ya que solo 22 de las 104 estaciones en las que siguen parando los trenes se mantienen abiertas, con personal que pueda atender al público. Sus planes se han acelerado en la última década y no prevé corregirlos, ya que este año también se dejará de prestar servicio en las de Caspe, La Puebla de Híjar, Gallur y Luceni. Las dos primeras se cerrarán "de forma inminente". Desde 2004 se ha cerrado ya 25 instalaciones.


La línea de Castejón, la que une Zaragoza con Logroño y Pamplona, será la primera que no tenga ni una sola estación abierta cuando se traslade al personal de Gallur y Luceni, cuyos vecinos se han movilizado este mismo mes para intentar revocar la decisión del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), el ente público que gestiona toda la red española. A la zaga le va la de Caspe, en la que en cuestión de unas semanas solo habrá personal en Samper de Calanda. Y en este caso se mantendrá para evitar cualquier incidencia en el trasiego de los trenes de carga que entran y salen para la central térmica.


La siguiente más castigada es la línea de Lérida, en la que solo se atiende a los viajeros en las estaciones de Tardienta y Monzón. En el eje de Madrid, únicamente hay personal de Circulación (los que se hacen cargo de los cambios de aguja y del movimiento de los trenes) en las terminales de Grisén, Calatayud y Ariza. Fuentes ferroviarias señalaron que la primera seguirá abierta para atender el movimiento de mercancías de la planta de General Motors y en el caso de la de Ariza, mientras se mantengan las actuales prescripciones de seguridad.


Los trabajadores del ADIF y Renfe incidieron en que la siguiente línea que se verá afectada castigada será la de Teruel, donde cuatro de sus cinco terminales abiertas (María de Huerva, Cariñena, Caminreal y Santa Eulalia)estarán condenadas al cierre en cuanto se instale el sistema tren-tierra, una inversión presupuestada para este ejercicio y que permitirá telemandar toda la línea desde el puesto de mando de Zaragoza.


Precisamente, este fue el argumento aducido desde el ADIF para justificar el cierre sistemático de estaciones en Aragón. Fuentes oficiales argumentaron que hay déficit de personal de Circulación y que los ferroviarios ya no hacen falta en las estaciones en el momento que son gobernadas desde el puesto de Control de Tráfico Centralizado (CTC), que supervisa la red de Aragón desde El Portillo. "Nunca se les despide, se les traslada", quisieron aclarar.


Desde el ADIF también subrayaron que el hecho de que en las estaciones no haya personal no quiere decir que no se preste servicio ferroviario o que los viajeros dispongan de información. Así, señalaron que una sistema electrónico, denominado Elcano, permite da mensajes pregrabados por megafonía y en los paneles. En algunas estaciones, añadieron, también un pulsador para conectar con un centro de atención.


La realidad es que la inmensa mayoría de las terminales de Aragón se han convertido en lugares inhóspitos, especialmente en aquellas situadas fuera del núcleo urbano. En muchas de ellas ni siquiera hay máquinas expendedoras de billetes ni del citado servicio de información automatizado para consultar al menos los horarios. "Lo peor es que si hay algún tipo de incidencia no se puede avisar a los viajeros. Es una vergüenza, porque están desmantelando el ferrocarril convencional. Solo les interesa el AVE", añadieron varios ferroviarios consultados.

Duras críticas sindicales

El responsable del Sindicato Ferroviario Intersindical. Luis Carcasona, advirtió de que la política aplicada por el ADIF y Renfe de "empeorar" la atención y el servicio a los usuarios provoca que las cuentas de explotación sean cada vez más negativas "y con ello se justifique el abandono del ferrocarril convencional". Carcasona aseguró que todo ello responde a una "estrategia definida para desmantelar el ferrocarril público" y lamentó que no haya una unidad de acción de todos los sindicatos para plantar cara en las dos empresas públicas. "Está en juego la propia vertebración del territorio a través del ferrocarril", añadió.


El portavoz de la plataforma en defensa del ferrocarril de Aragón, Luis Clarimón, cuestionó el "criterio economicista" con el que se gestiona el ferrocarril convencional. "Reducir las estaciones a una máquina expendedora de billetes y a un altavoz que da horarios demuestra la calculada estrategia del ADIF y Renfe para condenar al tren que vertebra Aragón. Logran con ello hacer más difícil y menos humano el ferrocarril", lamentó.