El peso de los sueldos en el PIB de Aragón se desploma con la crisis y ya solo suponen el 45,3%

El paro y la bajada de salarios han hecho que las rentas de los trabajadores cada vez tengan menos peso en la riqueza de la Comunidad aragonesa.

Mariano Rajoy dijo este viernes que en 2015 la economía "despegará"
El peso de los sueldos en el PIB de Aragón se desploma con la crisis y ya solo suponen el 45,3%
Efe

A punto de estrenarse el año, abundan los buenos propósitos para 2015. El Gobierno y otras instituciones económicas hablan de "despegue", de mejores datos macroeconómicos, más inversión, más empleo... ¿también mejores sueldos? Porque lo cierto es que los años de recesión han pasado factura sobre los salarios de los trabajadores españoles, que no han dejado de perder peso en el Producto Interior Bruto (PIB) lastrados por el paro y el recorte de nóminas.


Esta es una tendencia a nivel nacional que también se da en Aragón. Los salarios de los trabajadores de la Comunidad cada vez representan menor porcentaje de los más de 30.000 millones de euros del PIB aragonés. Si en 2010 las retribuciones de los trabajadores suponían el 48,2% de este indicador económico que mide la riqueza de un territorio, en 2013 se desplomaron hasta el 45,3%.


Este recorte de casi tres puntos porcentuales se traduce en algo más de 1.637 millones de euros de pérdida de peso de los salarios en el PIB. Detrás de este descenso están, sobre todo, el desempleo (menos salarios) y las reducciones de las nóminas de los empleados derivadas de la crisis económica.


Los más perjudicados por estas circunstancias, que se han visto agravadas por decisiones políticas como la reforma laboral del año 2012, son por supuesto los trabajadores aunque no son los únicos: las arcas públicas también salen damnificadas.


El menor poder adquisitivo de la población trabajadora se traduce en una menor recaudación del Estado vía impuestos. Por un lado, en forma de cotizaciones sociales y de IRPF, por otro, en forma de IVA: a menos dinero disponible menor consumo y, por tanto, menor recaudación para Hacienda. La consecuencia de esta coyuntura es clara: la recuperación se ralentiza.


Durante los años de crisis económica organismos como el FMI pidieron al Gobierno que facilitara el despido y bajara los salarios de los españoles. La OCDE también se subió a este carro, aunque tiempo después rectificó y valoró que pagar menos a los trabajadores no era el mejor camino hacia la salida de la crisis.


Quizás era demasiado tarde, porque desde 2008 las estadísticas de salarios no han dejado de reflejar importantes recortes en las nóminas, y hace tan solo unas semanas la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indicó que España era uno de los países en los que más había aumentado la desigualdad salarial en 2013.Más peso de las empresas y los autónomos

El peso que los salarios han perdido en el PIB lo han recuperado los llamados excedentes de explotación brutos y las rentas mixtas brutas, que no son otra cosa que los excendentes empresariales y los trabajadores empleados por cuenta propia, es decir, los autonómos.


Esta parte del PIB ha ido ganando puntos desde el ejercicio 2010 hasta el 2013 hasta suponer el 46,1% del Producto Interior Bruto el año pasado, cuando cuatro años antes se situaba en el 44,1%. La recuperación se ha situado en dos puntos y detrás está el aumento considerable de los trabajadores por cuenta ajena en los años de crisis y el hecho de que la fiscalidad de las empresas apenas ha variado en los últimos años.


Así, mientras que los trabajadores han visto cómo el Gobierno aumentaba la presión fiscal sobre sus nóminas, adelgazándolas, la regulación fiscal de la actividad empresarial no ha registrado grandes cambios, por lo que le ha permitido ir ganando terreno en el PIB.


En términos globales, el Producto Interior Bruto aragonés ha pasado de superar en 2010 los 34.406 millones de euros para cerrar 2013 en torno a los 32.959 millones. Cierto es que las proyecciones de crecimiento del PIB de la región han tenido que rebajarse porque para adaptarse a las normas europeas de cálculo del PIB, y que entre otras circunstancias indican que actividades como la prostitución y el tráfico de drogas deben ser tenidas en cuenta a la hora de calcular la contabilidad nacional y regional, el Ejecutivo central tuvo que realizar cambios en la base contable.