Popovic cambia la inercia

Con los siete puntos sumados desde la llegada del serbio, el equipo recupera el camino del ascenso perdido por Muñoz

Ranko Popovic gesticula en el banquillo al final del partido con el Girona, en el cambio de Willian José.
Popovic cambia la inercia
g. mestre

El Real Zaragoza ha recuperado en los últimos tres partidos la órbita válida para optar al ascenso en junio. Con dos victorias y un empate a domicilio, el equipo aragonés, bajo la batuta del entrenador recién llegado, Ranko Popovic, ha cambiado la tendencia y ha recuperado el pulso que había perdido el equipo en la clasificación en un nefasto mes de noviembre, donde consumó una racha de un punto sumado de 12 disputados en los últimos cuatro choques que dirigió Víctor Muñoz antes de su destitución.


El equipo zaragocista, fruto de esa mala racha de los estertores de Muñoz, se quedó atascado con 20 puntos en 14 partidos. Un ritmo a todas luces insuficiente para obtener una velocidad de crucero aceptable que pueda llegar a junio con el equipo en cabeza. Ahora, con la reacción experimentada de la mano de Popovic, los 27 puntos en 17 partidos sí que están dentro de los mínimos que exige el reto.


Restan aún cuatro duelos para concluir la primera vuelta. El primero, el sábado en Miranda, que sirve de cierre del año natural 2014. Tras el parón navideño, enero aguarda con la visita del Valladolid a La Romareda, el desplazamiento a Las Palmas y la visita del Leganés como colofón del primer acto. Doce puntos que van a definir el promedio sobre el que afrontará el Zaragoza la segunda parte del torneo.


En estos momentos, con sus 27 granos en las alforjas, los blanquillos se sitúan con dos puntos más que el año pasado a estas alturas, cuando eran séptimos con 25. La referencia del curso anterior es una buena guía para que Popovic pueda calibrar sus verdaderas fuerzas. Y es que el equipo que hace doce meses entrenaba Paco Herrera experimentó en esta parte del torneo su explosión más positiva después de haber caído hasta la 16ª posición tras perder 3-0 en Jaén a mitad de noviembre (Herrera estuvo a punto de ser cesado esa noche). Aquel Zaragoza renació de súbito y sumó y sumó sin parar hasta ubicarse 4º en la tabla, igualado con el 3º (el Eibar), tras la disputa del último choque de la primera vuelta ante el Alcorcón, al que ganó 3-1 en La Romareda. Lo hizo con 32 puntos, a solo uno de los 33 del Sporting –que era el segundo– y a cuatro del Deportivo que, con 36, era líder.


No parece descabellado que el equipo de Popovic llegue a esos mismos 32 puntos este año en el cambio de vuelta. Solo le faltan cinco que adicionar en los cuatro próximos encuentros.


Como dato orientativo, el Eibar y el Dépor, los dos que subieron directamente el año pasado, lo hicieron con 71 y 69 puntos. Esa cifra, como mínimo, será la exigida este año, donde los primeros de la pelea están sumando con mayor facilidad que el curso precedente en el primer tramo. Partir por la mitad esos guarismos sirve de faro para estimar si se está en el buen camino o no dentro de un mes.


Tal y como están ahora las cosas, el Zaragoza puede alcanzar la cota 39 en el ecuador del torneo si es capaz de hacer el difícil pleno ante Mirandés, Valladolid, Las Palmas y Leganés antes de que comience la segunda vuelta.


El año pasado, jugar la promoción necesitó entre los 61 puntos finales del Córdoba (que fue el que acabó subiendo) y los 65 del Murcia (el Barça B obtuvo 66 y fue 3º, pero como filial no participó en las eliminatorias de ascenso).


Es evidente que el actual Real Zaragoza camina por la curva adecuada, pero sin ninguna holgura. Necesita sumar al menos 8 de los últimos 12 puntos de la primera vuelta para promediar una cifra mínimamente solvente y, al contrario que hizo el año pasado, mantener o mejorar el pulso en la segunda fase y evitar nuevos baches o hundimientos.