Méritos y deméritos para recordar que el toreo sigue vivo

?La Asociación de Informadores Taurinos entregó sus trofeos a Finito de Córdoba y a Julián López ‘el Juli’.

Roberto Bermejo, Juan Arboniés, Javier Valero, Finito de Córdoba, Carlos Val-Carreres, Noemí Hernández, Ángel Solís y José Boned
Méritos y deméritos para recordar que el toreo sigue vivo
Aránzazu Navarro

La Asociación de Informadores Taurinos de Aragón (AITA) retrasó la entrega de los trofeos correspondientes al año 2012 para intentar que estuviera presente Julián López ‘el Juli’. Desde hace tiempo estaba apalabrada con él la fecha del 9 de diciembre pero un asunto familiar de última hora le impidió desplazarse ayer a Zaragoza. Fue una ausencia sentida de la que tomó buena nota el doctor Carlos Val-Carreres, que recogió el premio en su nombre. "Dile al torero que nos debe una muy gorda", le recordó el presidente de la asociación, Ángel Solís.


En el antiguo salón de plenos de la Diputación de Zaragoza se respiraba ambiente taurino del bueno. Presidiendo el acto, Juan Arboniés, diputado delegado de la plaza de toros de la Misericordia, y a su lado el vicepresidente de la AITA, Javier Valero, y el secretario y tesorero, José Boned. Ellos y el público que casi llenaba la sala escucharon con atención la semblanza que Solís hizo de los premiados. Estuvo cargada de ritmo, fina ironía, elegancia, algún que otro puyazo y mucho cariño para la mayoría.


Los informadores taurinos reconocen con la ‘Pluma de Oro’ la trayectoria o el buen hacer de personas y entidades relacionadas con el mundo del toro. El galardón de 2012 fue para la peña taurina de Peñaflor, una de las más activas que hay en Aragón, que recogió su presidenta, Noemí Hernández.


La ‘Almohadilla de Plata’ es el trofeo que pone el acento en los aspectos negativos de la fiesta. Sobre los méritos de los candidatos no ha tenido dudas esta asociación, ya que el ganador en 2012 y 2013 ha sido el mismo: la empresa Serolo, anterior adjudicataria del coso de la Misericordia. "La echó un juez y no queremos que vuelva por Zaragoza", sentenció Ángel Solís.


Tras esta inevitable mención, se entregaron los premios del año pasado. La mejor faena fue para Finito de Córdoba por el cuarto toro que lidió el 11 de octubre en la Feria del Pilar. "Clase, elegancia, desmayo y gusto. Torero de partidarios y artífice de la sinceridad". Así le describió Ángel Solís. Finito, muy agradecido, recordó que Zaragoza siempre ha sido una plaza en la que ha recibido cariño y se le han dado bien las cosas.


También estaba contento Roberto Bermejo, al que se reconoció su dilatada trayectoria dedicada al mundo del toro, primero como matador y luego como banderillero hasta su retirada.


Tras este acto, la Asociación de Informadores Taurinos de Aragón invitó a cenar a los premiados y seguro que a la mesa hubo ocasión de tomarle el pulso al mundo del toro. En cualquier caso, Ángel Solís dejó algunas pinceladas: "La fiesta está atravesando un bache muy grande –apuntó–; o nos unimos o puede que esté dando sus últimas bocanadas". No fue muy optimista, "pero es la realidad a la que nos enfrentamos –concluyó–, nos atacan y ya es hora de que reaccionemos".