Fernando Gimeno Marco: "No se le debe dar ninguna oportunidad a la violencia"
Para el psicólogo, los responsables de un club deberían contribuir a que el proceso asociativo de sus peñas responda a los valores y la cultura de su club, los de la ciudad y del territorio.
Es el último incidente, desgraciadamente no es el primero y deberíamos hacer todo lo posible para que fuera el último. Afortunadamente, este hecho delictivo ha motivado la cooperación entre responsables políticos, deportivos y policiales para tomar decisiones concretas.
Estamos hablando de la exclusión de personas... ¿Qué soluciones propone?
Excluir, expulsar o apartar a los violentos, en particular a los violentos planificadores y reincidentes, es adecuado y necesario. Sin embargo, también merecería la pena pensar en algún tipo de medida rehabilitadora.
Hay entidades que cobijan la violencia...
Los seres humanos tenemos una tendencia a querer ser idénticos, únicos, especiales. Pero al mismo tiempo asociados con quienes consideramos que son nuestros iguales. Cuando estos dos procesos, el de identificación y el de asociación, se conducen a través de creencias, valores y liderazgos antisociales o violentos, el resultado son personas y colectivos radicales.
Es esencial cuidar la filosofía de un club.
Claro. Desde el momento que un deporte y un club en concreto son el contexto para que muchas personas construyan una identidad y quieran asociarse, los responsables de dicho club deberían contribuir a que el proceso asociativo de sus peñas responda a los valores y la cultura de su club, los de la ciudad, del territorio, de las personas con las que dicho club existe.
Hablemos de Zaragoza, del Real Zaragoza, de La Romareda.
La Romareda es un fenómeno muy significativo en Aragón: es el mayor punto de reunión de ciudadanos aragoneses cada 15 días.
¡Ojo al dato!
Es un reflejo de los aragoneses. La Romareda, el Real Zaragoza, y otros escenarios y clubes deportivos, aglutinan a las personas que convivimos en esta tierra. Por tanto, son la plasmación de nuestra cultura, de nuestros valores, de nuestra idiosincrasia.
Para que luego digan que un equipo de fútbol solo son once señores en pantalón corto...
Los aficionados también jugamos, somos parte de nuestro equipo. Ganar en la grada supone ser campeón en entusiasmo y respeto. A diferencia de otras zonas de España, los aragoneses no nos implicamos en el deporte acompañados de una ideología política determinada, sino acompañados de los colores de nuestros equipos.
Qué interesante y qué bonito es lo que dice... Así somos los aragoneses.
Somos personas correctas, persistentes, tenaces, entusiastas, nobles. No solemos ser gente polémica. No nos gusta meternos en líos. Quizás por eso no salimos demasiado en la Prensa.
Oiga, que en HERALDO somos noticia todos los días...
Me refería a nivel nacional. Es una pena, pero demasiadas veces es significativo lo incorrecto. Por ejemplo, el gravísimo incidente del que estamos hablando.
Había que hacerlo, había que denunciarlo...
Por supuesto. Desde luego, los periodistas han echado el resto. Han empujado a tomar decisiones sobre la violencia a nuestros responsables políticos.
Usted también echa el resto contra la violencia...
En compañía de un equipo fantástico de personas, casi todos aragoneses, trabajamos para encontrar soluciones prácticas y de carácter científico a los problemas relacionados con la falta de deportividad. De ahí el programa pionero Entrenando a padres y madres, promovido por el Gobierno de Aragón.
¡Qué maravilla!
Como complemento al anterior, el programa de Prevención de la violencia en el fútbol base fue galardonado por su contribución a la prevención de la violencia juvenil. Y en breve, vamos a hacer una nueva tesis doctoral sobre la prevención de comportamientos antideportivos en equipos y deportistas. No se le debe dar ninguna oportunidad a la violencia.
