Javier Serveto y Alberto Gil Burgos aceptaron una condena de seis meses de prisión a cambio de reconocer que sustrajeron la tarjeta a un hombre al que habían conocido en un bar y que la usaron para sacar 800 euros que incorporaron a su patrimonio. Aunque intentaron hacer tres extracciones más por cuantía de 1.300 euros, no consiguieron su propósito puesto que el titular de la tarjeta se dio cuenta de que no la tenía y la anuló.

Los hechos ocurrieron sobre la 1.45 del 27 de abril de 2013. A esa hora, Javier Serveto acompañó a la víctima a un cajero de La Caixa de la avenida de América para que sacara dinero y aprovechó para observar el número secreto. A continuación, fueron los dos a un bar cercano y Serveto, en un descuido, le sustrajo la cartera. Poco después, el acusado volvió al mismo cajero automático y entregó a Alberto Gil la tarjeta bancaria de la víctima y le dijo el número PIN, al tiempo que acordaban que seguirían haciendo extracciones de dinero y que luego se repartirían.

Cumpliendo este acuerdo, según la Fiscalía, Alberto Gil hizo una extracción en un cajero de CAI de la avenida de América de 800 euros. Seguidamente, fue a otro de Ibercaja de la misma calle e intentó realizar tres nuevos reintegros por importe de 500, 300 y 500 euros, respectivamente, que no pudo llegar a sacar porque en ese momento la víctima ya se había percatado de que le habían robado la cartera. 

Para el fiscal, estos hechos constituyen un delito de estafa de los que son responsables los acusados, así como de una falta de hurto atribuible a Serveto. Inicialmente solicitaba para ellos un año de cárcel, así como una multa de 480 euros por el hurto. Entre las pruebas que tenía contra ellos figuraban las grabaciones de los cajeros. No obstante, tras alcanzar un acuerdo con la letrada defensora de los imputados, Olga Oseira, se avino a rebajar la petición de condena a seis meses de prisión, lo que aceptaron los dos acusados.