El alto paro juvenil mueve a unos dos mil aragoneses a intentar entrar en el Ejército

Defensa ha convocado este año 3.520 plazas de tropa y marinería y ha recibido más de 40.000 solicitudes de toda España.
Antes de la crisis, se sacaban puestos casi todos los meses y solían quedar vacantes

Cuatro soldados haciendo una instrucción técnica de montaña estival en el pico Collarada.
El alto paro juvenil mueve a unos dos mil aragoneses a intentar entrar en el Ejército
Galicia 64

"Fuerzas armadas. El cambio que tú quieres". Este era el eslogan de un anuncio de televisión que, con la canción ‘Quiero tener tu presencia’ de fondo, se emitió en 2006 para animar a los jóvenes a ingresar en el Ejército. Era un momento en el que Defensa sacaba plazas casi todos los meses, pero existía cierta preocupación porque solían quedar vacantes. E incluso, como reconoce un alto cargo militar destinado en Aragón, era fácil entrar a poco que uno se lo trabajara por la escasez de candidatos. Pero ahora todo esto ha cambiado: la crisis ha hecho que cada vez salgan menos plazas –en 2012 no se convocó ninguna para tropa y marinería–, mientras que los jóvenes que quieren ingresar se han multiplicado. Y el resultado final lo dice todo: este año han salido 3.520 plazas de tropa y marinería y se han recibido más de 40.000 solicitudes (la demanda ha multiplicado por 13 la oferta).


Según datos facilitados por el Ministerio, se calcula que unas 2.000 de esas peticiones correspondieron a aragoneses: en el centro de selección de Zaragoza se recibieron 2.215, aunque fuentes de Defensa explican que no tienen por qué ser todas de aquí (cualquier joven de otra comunidad puede cursar la solicitud en Zaragoza), aunque aclaran que la inmensa mayoría de ellas son de nacidos en la Comunidad porque los interesados suelen inscribirse en su autonomía.


La brutal tasa de paro juvenil –que en Aragón está ahora en el 53% para los menores de 25 años, según la EPA– es la principal causa de que el número de solicitudes haya crecido tanto estos años. Y, efectivamente, desde las propias Fuerzas Armadas reconocen que, por fortuna o por desgracia, las crisis les suelen favorecer en este tema: esos jóvenes interesados en el Ejército que antes no daban un paso adelante porque encontraban otros empleos, ahora se encuentran con un mercado laboral muy complicado y toman la decisión de ser militar. En definitiva, ven en el Ejército una salida que les asegura una gran estabilidad laboral y que les ofrece muchas oportunidades de promoción interna.


Lejos quedan los tiempos en los que, por ejemplo en 2001, Defensa lanzó cinco convocatorias, en las que salieron un total de 33.870 plazas y solo hubo 25.081 interesados. El mismo alto mando consultado por este periódico señala que, en los últimos años, también se ha percibido un aumento de aspirantes con carreras universitarias.Sueldo inicial de 1.000 euros

En la actualidad, los candidatos deben tener un máximo de 29 años para optar a uno de estos puestos. Una vez se les ha escogido, la nueva tropa se desplaza hasta Cáceres, donde reciben en cuatro meses una formación teórica y práctica básica, juran la bandera y ya son soldados. Y empiezan a cobrar un sueldo de unos mil euros. Este salario va aumentando por la antigüedad y las distintas especialidades y niveles que alcanzan. Tras acabar en Cáceres, los ya soldados eligen a qué unidad quieren ir destinados de todas las que se ofertan. 


Llama la atención que este año, del total 3.520 plazas que se ofertaban, 498 sean para Aragón. Por ejemplo, el Regimiento de Cazadores de Montaña Galicia 64, con sede en Jaca, ha ofertado este ejercicio 86 plazas y recibido 1.244 solicitudes. El comandante Ángel Garrido, de la Jefatura de Tropas de Montaña, explica que, cuando los soldados llegan a Jaca, se les hace una instrucción básica específica que dura cuatro semanas y que les enseña a manejar materiales (raquetas, crampones...), que luego les convierte en cazadores de montaña. 


A partir de ahí pueden seguir especializándose y alcanzar niveles como el de esquiador, escalador o guía (que reúne las dos facetas anteriores). Todo ello para estar preparados para combatir en montaña. Garrido añade que lo bueno de que haya tantas solicitudes es que el personal que accede está mucho mejor preparado, al haber un proceso de selección mucho más exigente."Cuanta más formación tengan, mucho mejor. Aquello de que un soldado no debe pensar, sino solo obedecer, es un tópico totalmente falso, máxime en Montaña, donde se pueden producir situaciones de aislamiento, en las que un individuo debe tomar decisiones que pueden suponer salvar la vida o perderla, la propia y la de sus compañeros", argumenta.