Sí, quiero... ser pareja de hecho

Esta modalidad de unión gana terreno a los matrimonios tradicionales, en caída por la crisis.

Cada más parejas de hecho en Aragón
Sí, quiero... ser pareja de hecho

Los cambios sociales y económicos que se están viviendo en los últimos años están modificando hasta las formas de unión entre dos personas. Mientras los matrimonios tradicionales, que normalmente exigen una importante factura, pierden peso, las parejas estables estables no casadas, más conocidas como parejas de hecho, ganan cada vez más adeptos.


Solo hay que echar un vistazo a la actividad anual del registro del Gobierno de Aragón que centraliza este trámite. Si en 2008 se inscribieron un total de 468 uniones, en los dos últimos años se han superado el millar (1.079 en 2013). Desde la DGA confirman que, en total, más de 6.000 parejas han optado por esta opción.


Uno de ellos no es Antonio Salas, fotógrafo zaragozano de 34 años, pero pronto lo será: “Ahora estamos en pleno papeleo, ya falta poco”, explica. Él y su pareja acaban de ser padres del pequeño Gabriel y quería reforzar sus vínculos. “No teníamos intención de casarnos, pero de esta forma nos sentimos más cómodos”, relata.


Eso sí, asegura que “parece algo fácil pero al final te das cuenta de que hay que hacer muchos trámites, se nos está haciendo largo”. La razón no es otra que tener que justificar una serie de requisitos legales. Por ejemplo, “acreditar convivencia marital durante un periodo ininterrumpido de dos años como mínimo o manifestar mediante escritura pública la voluntad de constituirla”, según explican desde el Departamento de Familia de la DGA, encargada de la tramitación.


Además, la pareja debe tener vecindad administrativa en Aragón al estar empadronados en cualquiera de los municipios de la Comunidad Autónoma, ser mayores de edad, no tener relación de parentesco en línea recta por consanguinidad o adopción, ni colaterales por consanguinidad o adopción hasta el segundo grado, y no formar pareja estable no casada con otra persona.


Por su parte, los abogados especializados aseguran que con la introducción de las parejas de hecho se cubren algunas lagunas existentes hasta su regulación -ventajas a la hora de adoptar, de pensiones de viudedad, etc,- pero coinciden en que todavía no están equiparados a los matrimonios tradicionales.


Menos bodas

La definitiva incorporación de la mujer al mundo laboral, la unión entre parejas del mismo sexo, la crisis económica que vacía los bolsillos familiares, el retraso en la edad de la maternidad, la dificultad para encontrar un empleo estable, lo que obliga en muchos casos a prolongar la etapa de formación... Son muchos los condicionantes que explican este tipo de cambios.


Mientras que en 2006 el número de matrimonios tradicionales alcanzó los 5.500 según el Instituto Nacional de Estadística, en 2012 la cifra descendió hasta los 4.665, y en el primer semestre del 2013 -último dato disponible- la tendencia seguía a la baja con 2.058 enlaces.


A un cambio de mentalidad social -ya no se ve como el paso fundamental para crear un núcleo familiar-, se unen las dificultades económicas. Según un estudio de la Federación de Usuarios-Consumidores Independientes (FUCI), el gasto medio por la celebración de una boda ascendía en Aragón a 12.800 euros.