Crecen un 30% los casos de maltrato a personas mayores

En 2013 se dictaron medidas cautelares para proteger a 29 mayores agredidos por sus familiares.

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En un 20% de los casos de violencia doméstica registrados en 2013 en Aragón, las víctimas fueron personas mayores de 65 años que resultaron agredidas por miembros de su familia distintos a su pareja. A lo largo del año se dictaron medidas cautelares para proteger a 29 mayores y solo una de las personas denunciadas por agresión igualaba la edad de más de 65 años.


El maltrato a mayores continúa con su tendencia al alza y según los datos actualizados del Registro central para la protección de las víctimas de la violencia doméstica y de género, estos casos han aumentado un 31% en los últimos dos años.

Más los que no denuncian

Desde el Consejo Aragonés de las Personas Mayores confirman el aumento de personas mayores maltratadas y resaltan que el número de casos denunciados no refleja ni una mínima parte de los que realmente son.  "Sabemos, porque lo vemos a diario, que hay muchos casos de maltrato físico o psicológico pero que no se denuncian y mientras no haya una denuncia como tal, no se puede intervenir", expone una de las trabajadoras sociales de COAPEMA.


Jesús Giménez Bardet, presidente de esta misma entidad, revela que estas situaciones se agudizan a partir de los ochenta años. "Son personas más vulnerables, en muchos casos impedidas que no tienen ni siquiera la oportunidad de denunciar".


La Comisión de Mayores de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ) también ha detectado el aumento del problema y aunque coinciden en la imposibilidad de cuantificar el fenómeno, aseguran que los médicos de la Comisión de Salud trasladan su preocupación al respecto cada vez con más frecuencia: "Se percibe en general ese aumento pero no es fácil que un mayor se atreva a denunciar, aunque pueda, porque siente que no tiene opciones. ¿A dónde va a ir y quién le ayuda?"

Falta de atención y amenazas

Los profesionales de COAPEMA y asociados de la Plataforma en Defensa de las Personas Mayores (PLADEMAR) no dudan al relacionar el aumento de casos con la crisis económica. A raíz de las dificultades económicas de muchas familias, responsables de residencias de mayores del IASS confirmaron la tendencia al alza de personas que sacaban a sus mayores de las residencias para poder contar con su pensión como fuente de ingresos familiar. Todas las entidades relacionadas con personas mayores con las que ha hablado Heraldo.es denuncian que si estas familias no podían hacerse cargo del anciano antes de la crisis, probablemente en situación de crisis menos todavía.


"Las familias salen a buscar trabajo y dejan al anciano impedido solo en casa todo el día. Algunos no pueden ni levantarse. Además, desde que no se reconoce la figura del cuidador ya no están obligados a hacer ningún curso de formación sobre cómo atender al mayor y no están capacitados para hacerlo. La violencia no es solo física. Hay actuaciones incorrectas en determinados momentos o malas formas de hablar que son un auténtico maltrato psicológico" añaden desde COAPEMA.


Su presidente Jesús Giménez pone algunos ejemplos de los que ha sido testigo esta entidad: "Cuando el mayor tiene una necesidad le acusan de no dejar dormir o descansar a los demás o le amenazan con llevarle a una residencia o con quedarse todo lo que tiene si no se comporta de una determinada manera...". Según denuncia Giménez, este tipo de actitudes afecta directamente a la salud de los ancianos: "Viven tensos y con temor en su propia casa, cómo no les va a afectar".

Piden un seguimiento

Plademar y COEPAMA piden un mayor seguimiento por parte de la Administración del devenir de los ancianos que fueron sacados de las residencias desde que comenzó la crisis. María Luisa García, portavoz de la plataforma, insiste en este aspecto: "Si te haces responsable de una persona al valorar su grado de dependencia y asignarle un número, por qué te desentiendes. Hay una dejadez tremenda por parte de la Administración y se les deja en una situación de indefensión tremenda. Si son ancianos que ya están impedidos cómo van a denunciar que no reciben la atención necesaria. Se están viviendo momentos muy duros en el entorno familiar, convivir con los abuelos no es fácil y cuando hay que hacer un reparto de urgencias, el bienestar del mayor suele quedar relegado". Para María Luisa, la carencia de atención ya es un maltrato a la persona y a su dignidad.


Para poder detectar estas situaciones con mayor facilidad, COEPAMA pide que los médicos de familia dispongan de más tiempo para dedicar a los mayores de 70 años en cada consulta. Consideran que los ancianos, al tener más carencias de memoria y más dificultades para expresarse, necesitan "una atención extra" y piensan además que las consultas médicas se pueden aprovechar para saber cómo está la persona en todos los sentidos.