El presidente de las Cortes hace un llamamiento a la política de pactos para salir de la crisis y defiende el modelo autonómico

"La buena gestión es necesaria, pero el momento requiere algo más que diligentes gestores que administren lo poco que hay". De esta forma, el presidente de las Cortes, José Ángel Biel, hizo ayer un nuevo alegato por de una salida a la crisis "de orden político" para evitar el


"caos" y que, a su juicio, pasa por recuperar la política de pactos. Así, se ha olvidado la esencia de la condición de los políticos, enfrascados ahora en debates "donde abundan las ratios y porcentajes", sin dar respuesta a lo que los ciudadanos demandan. "A la sociedad hay que lanzarle un mensaje de confianza y ésta se genera mejor desde el acuerdo que desde el enfrentamiento y la crispación", sostuvo.


En su discurso, José Ángel Biel insistió en que en la actualidad es "más necesario que nunca pactar" para alcanzar acuerdos sólidos que garanticen una mayor estabilidad institucional, confianza social y seguridad jurídica. En esta línea, subrayó que la educación, la sanidad o los servicios sociales no pueden ser elementos de confrontación. "Debemos igualmente discernir lo que son recortes de lo que son mejoras en la eficiencia en la prestación de servicios públicos", añadió.


Estas reflexiones sobre la necesidad del papel de los políticos no le impidió vender la "prolífica" actividad parlamentaria, con un incremento del 25% del número de iniciativas, además del objetivo de acercar la Cámara autonómica a los ciudadanos, sin aclarar si se ha conseguido.

Reivindicación autonomista

El líder aragonesista también aprovechó su alocución para reivindicar el actual modelo autonómico e instar a no limitar la capacidad de autogobierno ni a desconfiar de las posibilidades de la autonomía. "No podemos limitar la capacidad de autogobierno de esta tierra, porque es tanto como limitar nuestras propias capacidades. Es como desconfiar de nuestras posibilidades", puntualizó.


Biel hizo hincapié en que el estado autonómico ha posibilitado el periodo de mayor prosperidad vivida en la "milenaria historia" de Aragón. Por ello, añadió que los problemas que atraviesan otros territorios de España no tienen su origen en el estado de las autonomías, sino más bien en los "gobernantes que han tenido en frente". Y apostilló: "A menudo, por poner un ejemplo, hemos tenido problemas con las instituciones catalanas, que no con el pueblo de Cataluña, con quien compartimos siglos de historia bajo la Corona de Aragón".


En esta misma línea, consideró que España sigue siendo un proyecto común bajo que el caben todos "y cuya soberanía no debería verse amenazada por ningún histriónico planteamiento que únicamente busca crear nuevas situaciones de privilegio", en clara referencia al desafío catalanista. Frente a esta realidad, abogó por que las Cortes tenga como "objetivo irrenunciable" el pleno desarrollo del Estatuto, que refuerza la cohesión con el resto del país.