Pleno de procesiones bañadas de luz

La Semana Santa de 2014 pasará a la historia no solo por su extraordinaria climatología y el pleno de procesiones en la calle, sino también por las muchas y felices novedades que han acompañado a los cofrades, así como el aniversario de unos tambores de Interés Turístico Internacional.

El acto de Romper la hora es uno de los más singulares de la Ruta del Tambor y el Bombo
Romper la hora, el Drama de la Cruz y la procesión del Santo Entierro, en Alcorisa

Una intensísima Cuaresma cultural ya hacía prever que la Pascua de este año iba a ser ‘de aúpa’. Si al mucho interés y entusiasmo cofrade se añaden, además, una declaración ‘in extremis’ de Interés Turístico Internacional y que los hados de la climatología han sido más que propicios, la Semana Santa de este 2014 es para enmarcar y para guardar un grato recuerdo durante muchos años.


Hacía tiempo que no se vivía una festividad tan plena. Más aún con el mal sabor de boca que dejaron las suspensiones por la lluvia del Encuentro y el Santo Entierro el año pasado. Esta vez casi todas las procesiones estuvieron bañadas por un desbordante sol e, incluso, las altas temperaturas hicieron pasar más de un apuro a los sufridos cofrades envueltos en sus recias túnicas. Apenas unas gotas en la vigilia pascual del Sábado Santo hicieron peligrar el pleno de procesiones, que este año –además– contaban con grandes alicientes y atractivos. Por un lado, en lo referente a la imaginería religiosa, dado que se ha podido ver al nuevo e impresiónate Cristo de las Siete Palabras, obra de Juan Manuel Miñarro, así como la nueva imagen del paso de la Cena de la Eucaristía, la restauración de la Virgen de la Piedad, la reposición al culto de la Virgen de los Dolores de Palao o la incorporación a las procesiones de una pequeña talla que sacaron los Nazarenos –una Dolorosa– para que la portaran los niños.


Al margen del patrimonio procesional, también se celebraron en la calle nuevos actos como el de ‘la libertad’ entre la Piedad y la Columna con motivo de los indultos a los reos o la especialísima procesión de la mañana de Viernes Santo de las Siete Palabras, con muchos guiños a su historia que acaba de superar las bodas de diamante. En el capítulo de aniversarios, también el Descendimiento celebró sus 75 años y los timbales de la Piedad, su cincuentenario. Para 2015 se reserva una efeméride muy destacada como serán los 75 años de la procesión del Encuentro, que el Calvario y la Dolorosa ya han comenzado a preparar.


Los actos en la noche del Miércoles Santo fueron precisamente algunos de los que más ‘flashes’ atrajeron, así como el brillante Santo Entierro que volvió a recorrer (en sentido contrario al habitual)el corazón de la ciudad. La procesión general no deja de crecer y crecer (sus números asustan)y, de hecho, hay quienes se plantean que quizá debiera introducir alguna mejora para que los asistentes que quieran ver todo el Santo Entierro no tengan que hacerlo tres horas y media de pie. Es lo que se calcula que tardan en pasar los 40 pasos y más de 10.000 cofrades que salen a la calle y –acaso– el Consistorio podría estudiar incorporar como antaño algunas sillas o tribunas a su paso. Los turistas lo agradecerían e, incluso, podría sacársele a la propuesta cierta rentabilidad.

Tiempo de buscar acuerdos

Siempre con la intención de estar a la altura y no defraudar las expectativas que crea una fiesta de Interés Turístico Internacional también existen otros aspectos que podrían mejorar las celebraciones. Asignatura pendiente es buscar acuerdos y consensos para utilizar San Cayetano –epicentro de las celebraciones–, después de la polémica surgida a mitad de marzo con la prohibición por cuestiones de seguridad de que coincidieran más de 130 fieles a la vez en el interior del templo. Ahora, con calma y tiempo, es momento de procurar acercamientos entre la DPZ y las cofradías. Por cierto, también se han echado en falta este año los conciertos de carillón con marchas de Semana Santa que solían escucharse al paso de las procesiones por la plaza de España.


También hay no pocos hermanos que plantean la posibilidad de crear algo así como un observatorio, una mesa de trabajo o, incluso, un ‘plan director’ en el que las instituciones, las cofradías, la Junta Coordinadora y las asociaciones culturales pudieran aportar mimbres con los que seguir entretejiendo los cestos de una Pascua en

auge. Un impacto económico de 14 millones de euros se antoja como justificante suficiente.


Así, y al abrigo de la nueva catalogación turística, habría que proyectar un espacio (un museo o un centro de interpretación) para que los visitantes de Zaragoza, en cualquier época del año, pudieran conocer las singularidades de esta fiesta. El PP ha propuesto una exhibición permanente de los pasos en el palacio de Fuenclara, moción que se debatirá en el pleno municipal del próximo viernes.


Por último, como redoble final, hay que recordar que se han cumplido también los 75 años de la incorporación del tambor a las procesiones de Zaragoza y sus celebraciones han sido –como no podía ser de otra manera– vibrantes. Sigue creciendo el número de bombos y tambores y, a juzgar por la mucha chavalería que estos días aporreaba sus timbales de juguete, no hay que preocuparse por el relevo generacional. En conclusión, un balance brillante, que despeja dudas y que deja la sensación de que lo mejor aún está por llegar. El potencial de futuro para el próximo año, cuando dé sus frutos la ‘internacionalidad’, es de dimensiones herculeas.