El Gobierno aragonés ha comenzado a preparar el plan de ajuste, que tendrá que presentar antes del 28 de mayo. Y una de las medidas que se habría puesto encima de la mesa para recortar el gasto sería meter la tijera a la subvenciones, que suponen uno de cada cuatro euros del gasto de la Comunidad autónoma.

Para 2014 se han presupuestado un total de 1.356,9 millones de euros de transferencias corrientes, 32,1 millones más que el pasado año (un 2,43%). A estas cifras hay que sumar las subvenciones de capital, aquellas que se destinan a inversiones, y que en 2014 suman 343 millones, un 3,6% menos que en 2013. Estos más de 1.600 millones de euros de ayudas se reparten entre distintos colectivos sociales, empresariales... pero también se incluyen las subvenciones de algunos organismos autónomos como el Instituto Aragonés de Fomento, uno de los más opacos de la Administración autonómica. Hay que recordar que es el único que no publica cómo reparte sus subvenciones en el portal de transparencia del Gobierno de Aragón.

Habrá que ver hasta dónde recorta el Ejecutivo autonómico este tipo de ayudas. En el anterior plan de ajuste, que se elaboró en 2012 para compensar el incumplimiento del déficit de 2011, se planteó también esta medida para recortar el gasto autonómico, aunque en ese caso solo se redujeron en 19 millones de euros.

Precisamente, la Consejería de Hacienda tiene pendiente de aprobar la ley de subvenciones, con la que se pretende ganar en eficiencia y lograr un mayor control en el reparto de estas ayudas. El Gobierno de Rudi ya suprimió en 2011 las subvenciones inespecíficas.

Otra de las medidas que se podría plantear sería la venta de patrimonio para lograr mayores ingresos.