Cruz Roja da de comer estos días acien escolares de familias desfavorecidas

El objetivo es que los chavales, en situación vulnerable, tomen un menú adecuado y no se queden solos en casa si trabajan sus padres.

Son niños y jóvenes en situación vulnerable, que pertenecen a familias especialmente golpeadas por la crisis y el paro, y que estos días seguirán comiendo de manera equilibrada y lo suficiente pese a que los comedores de sus colegios estén cerrados.


Cruz Roja abre en Semana Santa (entre el 14 y el 16 de abril y los días 21 y 22) un servicio al que acuden un centenar de chavales de entre 3 y 16 años.


Todos ellos pertenecen a familias que habitualmente son atendidas por la organización humanitaria en Zaragoza y también se ha ofrecido el servicio a chicos que están dentro de los programas de refuerzo escolar de cinco colegios, así como a los que acuden al grupo de ocio y de tiempo libre «Los Arañas», del área de menores y de Cruz Roja Juventud.

Las jornadas cumplen además otra misión vital: estas vacaciones escolares son este año especialmente largas y se han convertido en un reto para miles de padres, que tienen que ir a trabajar y que, en algunos casos, no tienen con quién dejar a los pequeños. Con esta iniciativa, se hacen dos turnos (de 9.15 a 15.15 y de 11.30 a 15.15) y se logra que los progenitores con menos recursos, pero que tienen trabajo, puedan dejar a sus hijos en un lugar seguro sin que esto les suponga un sobreesfuerzo económico (ningún niño paga nada, ni siquiera por la comida).


«En muchos casos, no tienen familiares con los que dejarlos, o pagar a un cuidador es algo totalmente inasumible dentro de sus ya muy limitados medios económicos», explica Cristina Gómez, la trabajadora social de Infancia y Familia de Cruz Roja. Además de un plato de comida caliente y de un menú variado y adaptado a sus necesidades, los chavales pueden disfrutar de actividades de ocio y de refuerzo escolar.


La Fundación La Caridad pone su comedor al servicio de la Cruz Roja, así como el cáterin, y todo sale adelante gracias a los fondos propios y a las aportaciones. Nada desdeñable es el trabajo de los 25 voluntarios que acuden cada día de forma totalmente desinteresada.


«En cualquier caso, no tenemos solo niños en casos de pobreza extrema, sino que preferimos hablar de situaciones de vulnerabilidad por muchas causas», insiste Cristina Gómez. «La idea es que coman, que jueguen y que se desarrollen socialmente», resume. La idea es seguir con este tipo de colonias también durante las vacaciones de verano, cuando vuelven a generarse los problemas de conciliación.

Récord en el Carmen

Este comedor cumple su función en estas fechas, pero otros lo hacen también el resto del año. En el caso del comedor del Carmen, siguen batiendo récords. Los datos de su memoria anual, que acaban de conocerse, revelan que el número de comensales no para de crecer: si en 2012 el servicio sirvió 57.404 menús, durante el 2013 han sido nada menos que 60.887 (3.483 más).


Además, de los usuarios, 495 acudieron por primera vez, mientras que en 2012 fueron 285 los que demandaron el servicio sin conocerlo anteriormente.


Dentro de sus estadísticas, insisten en algunas nuevas realidades, como el aumento de mujeres (han pasado de suponer el 7% a suponer el 12%). Ellas son ahora una parte de la población en riesgo, y muchas más duermen en las calles que hace unos años, por ejemplo. Además, el grupo de edad más numeroso es el que abarca entre los 29 años y los 48, por lo que muchos son jóvenes.


En este caso, todo sale adelante, de nuevo, gracias a la entrega de los voluntarios, que acuden a diario para facilitar la inclusión social de las personas que peor lo están pasando actualmente, pero que tienen unos derechos.