Las solicitudes de beca se disparan en el año con más retraso en los pagos

9.500 aragoneses han solicitado la beca general del ministerio por los 8.700 del año pasado.

Estudiantes universitarios en la biblioteca María Moliner
Muchos estudiantes no saben cuánto dinero percibirán ni cuándo lo harán

Más... y con mayor incertidumbre que nunca. En torno a 9.500 estudiantes de la Universidad de Zaragoza han solicitado este curso la beca general de estudios que entrega cada año el Ministerio de Educación.


Se trata de un volumen de peticiones notablemente superior al registrado el curso pasado, cuando 8.717 universitarios matriculados en el campus público demandaron en sus centros esta importante ayuda. De ellos, 4.778 cumplieron con los requisitos exigidos por el Ejecutivo estatal y acabaron percibiendo la subvención.


A estas alturas de curso (el segundo semestre ya ha arrancado), en medio de una difícil coyuntura económica a la que se suma la subida de tasas, un buen porcentaje de los universitarios de todos los centros españoles todavía no tienen constancia de si van a percibir finalmente esta beca y, en caso de hacerlo, cuál será la cantidad que acabarán ingresando.


Los retrasos en la resolución y pago por parte del Ministerio suponen una denuncia que se repite en todas las provincias y que también salpica a Aragón. "No sabemos cuántos casos hay, pero sí tenemos constancia de estudiantes que aún no han cobrado y de otros que todavía no han recibido la notificación oficial", puntualizan desde EDU. En Aragón, según los datos del propio Ministerio de Educación, aún queda por tramitar el 8,5% de las peticiones.


Fuentes ministeriales se lavan las manos y apuntan que "los plazos están siendo los normales, incluso más rápidos que en años anteriores", si bien el año pasado la inmensa mayoría se abonaron durante el mes de enero.


Tramos fijos y variables


A esta circunstancia se une este año una nueva: el departamento que gobierna Wert ha modificado la distribución de la partida destinada a becas, dividiéndola en tres tramos fijos (matrícula, residencia y renta familiar), que suponen entre 1.500 y 3.000 euros de ayuda, y uno variable, que va ligado al expediente académico y a los ingresos.


Esta modificación en las normas ha dejado en fuera de juego a alumnos en una situación económica muy delicada. "Hasta ahora, un estudiante con bajos ingresos contaba, desde principio de curso, con la beca", explica José Antonio Gadea, representante del sindicato estudiantil EDU.


"Sin embargo -añade-, ahora una persona que realmente necesita esa beca va a recibir menos dinero que otro compañero que, por las circunstancias económicas de su familia, lo necesita menos y además puede centrarse únicamente en los estudios y no en un trabajo que le ayude a sufragar la carrera".