"Es angustioso esperar a que te echen de tu casa"

Luis Ramón, casado y con tres hijos, se acogió a la moratoria. Su casa ya ha sido subastada y aún debe más de 93.000 euros.

Luis, pendiente del desahucio
"Es angustioso esperar a que te echen de tu casa"

En casa de Luis hace mucho frío. No tienen dinero para pagar la calefacción y tampoco tenían para la hipoteca. En realidad, ya no es su casa, es de Kutxabank, que se quedó con el piso hace más de un año tras subastarlo. Luis y su familia siguen viviendo ahí, pendientes del desalojo.


Luis Ramón Labanda, de 49 años, su mujer y sus tres hijos, ecuatorianos de origen con nacionalidad española, viven de prestado, tras acogerse a la moratoria que aprobó el Gobierno. Tienen un año más de plazo para vivir en el piso que ya no es suyo. Mientras, siguen negociando una solución con el banco: piden la condonación de la deuda (más de 93.000 euros) y un alquiler social.


Luis vive en España desde hace 15 años y hasta finales de 2008 siempre había tenido trabajo, sobre todo en el sector de la construcción. En 2006 se compraron un piso en el barrio de Torrero. Entonces, él cobraba 2.500 euros y su mujer, 1.600. "¿Quién iba a saber que todo se iba a ir a pique?", se lamenta.


La hipoteca fue creciendo cada año (de 840 euros mensuales, a l.000 y 1.200), mientras sus ingresos disminuían. Ahora Luis lleva más de cinco años en el paro y cobra el subsidio de 426 euros, que se le termina en abril. Su mujer trabaja en atención a la dependencia a media jornada y gana unos 400 euros. Sus hijos están estudiando: una 3º de ESO, otro FP y otra una oposición.


Pagaron la hipoteca hasta diciembre de 2009, cuando se quedaron sin ahorros. El banco inició el procedimiento de desahucio y el piso se subastó en diciembre de 2011. El desalojo estaba previso para diciembre de 2012, pero el juzgado lo suspendió en el último momento. Su caso se incluyó en la moratoria aprobada por el Gobierno y tienen un año más de plazo.


"Es angustioso estar esperando a que te echen de tu casa. Yo sigo buscando trabajo y negociando con el banco. Les pedimos que nos dejaran pagar un alquiler social. Podemos pagar unos 150 euros, pero ellos nos exigen 600, no tenemos ese dinero. Es un engaño, los bancos no quieren negociar", afirma. Luis hizo una huelga de hambre de protesta el pasado verano, pero lamenta que "no sirvió para nada".


Luis forma parte de la Plataforma Stop Desahucios Zaragoza desde hace dos años y está muy agradecido por el apoyo recibido. "Mucha gente tiene vergüenza ante esta situación. Yo también la tenía, pero decidí hablar. Lo que nos queda es apoyarnos y luchar juntos, con la cabeza alta", asegura.