Aragón

Siete comarcas aumentan su productividad pese a la crisis

La comarca más dinámica en este período ha sido Campo de Borja, con un crecimiento de la productividad del 11%.

El enoturismo es una "locomotora" para atraer visitantes.
Vides en el Campo de Borja
RAMIRO TARAZONA

Son pocas, si se atiende al total de demarcaciones comarcales (33), pero un importante puñado de comarcas aragonesas han logrado incrementar su productividad desde que arrancara la crisis allá por 2008. En total son siete las que han aumentado su valor añadido bruto por ocupado durante los últimos cinco años, según se desprende de un reciente informe del instituto aragonés de estadística.


La comarca más dinámica en este período ha sido Campo de Borja, con un crecimiento de la productividad del 11%, siendo el sector industrial el máximo culpable en su incremento. En la comarca destaca la implantación de empresas dedicadas a la fabricación de piezas y accesorios para la automoción.


El otro aspecto fuerte de la zona, recuerdan desde la organización comarcal, se encuentra en los campos de vides y las bodegas: "La crisis ha obligado a muchas empresas a abrirse a nuevos mercados y aquí se ha sabido hacer muy bien con la exportación de vinos y, en menor medida, de aceites". Solo durante el año pasado, la Denominación de Origen Campo de Borja vendió casi 20 millones de botellas en los mercados nacional e internacional.


El valor añadido bruto por ocupado, con el que se fundamenta el estudio, tiene en cuenta "la producción de bienes y el beneficio que estos generan y la inversión realizada en materias primas o tierras. La resta de estos dos factores se divide por el número de trabajadores y con ello se obtiene la productividad de una zona concreta", explica Enrique Ruiz, profesor del departamento de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Zaragoza.


El Somontano ha sido la segunda comarca cuya productividad más ha crecido en el último lustro, con un incremento porcentual del 9,79% respecto a 2008. Esta zona destaca por las industrias químicas y alimenticias en la cabecera comarcal, Barbastro, y por la agricultura y ganadería -el sector lidera su índice de especialización según el informe- en el resto del territorio.


También cuenta con una importante actividad turística, especialmente centrada en el turismo de aventura gracias a encontrarse en pleno prepirineo.


Por detrás de ellas se encuentra la Ribera Baja del Ebro, con un aumento del 7,14%, cuya especialización económica se centra en las actividades de extracción de energía y en la producción agrícola, centrada en el cereal y el olivo.


Por norma general, la agricultura y la producción energética son los dos sectores principales en las comarcas que mantienen una mayor productividad media. Por contra, en aquellas que presentan un peor dato de productividad es la construcción el sector que sigue guiando su economía.