Rugby

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Sudor frío. Necesito derrotar la tensión. Ellos son tipos duros, lo demostraron en Ejea y hoy no vienen a hacer amigos. Ya. Nos encaminamos hacia el lugar de la batalla, las fuerzas están igualadas y la lucha será encarnizada. Somos quince, no estoy solo. Miro al sol colarse entre las hojas de los pinos, hace calor y el silencio no puede con el ruido de las botas al caminar. Torrero siempre nos dio suerte. Ahora todos nos miramos de unos reojos que duelen.


Comienza la rampa que va mostrando poco a poco a nuestros rivales. Ya se ven. Ya están aquí. Miradas amenazadoras.


Puños en tensión. Se sienten fuertes, muy fuertes, pero mi certidumbre son mis amigos. Lo veo en sus ojos.


Aligeramos el paso con la respiración entrecortada y nos paramos a diez metros. Frente a frente. Cuando oigo la señal de “a por ellos” noto un vacío dentro de mí, como si las fuerzas se esfumaran. El primer golpe me hace sentir bien. Muy bien. La derrota nunca estuvo en nuestros planes.


Alfredo Benedí