Los cerezos del Torero

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Los cerezos del Torero en el camino Carramaicas, ya no dan sombra; ni fruta. En las vías del ferrocarril de Utrillas, sólo hay piedras y restos de carbonilla. Las moreras de la estación, empujan las paredes en ruinas: quieren más sitio.


Miro mi pueblo, y veo que todo está en su lugar: Las choperas, los corrales, las casitas, la enorme mole de la amorfa iglesia, el cabezo de San Jorge y la Muela; y los muertos…: muertos; y los vivos… ¿Y los vivos?: Silencio. Todo, todo está en su sitio.


¡Oh, pobre tierra mía!, tu larga agonía, es mi condena.

José Bernad Royo