Ley de Arrendamiento Urbano

El fin de los alquileres de renta antigua amenaza al comercio tradicional

La moratoria aprobada en 1994 se extingue a finales del año que viene, lo que obligará a muchos inquilinos a pagar hasta diez veces más por el local que ocupan para adecuarse a su zona.

Calle de Alfonso I, en Zaragoza
El fin de los alquileres de renta antigua amenaza al comercio tradicional
J.M.M.

El final de los alquileres de renta antigua en los locales comerciales de Aragón está cada vez más cerca. La moratoria aprobada en 1994 a la Ley de Arrendamientos Urbanos, por la cual se daba un plazo de 20 años para normalizar el precio de los contratos, expira a finales del año que viene. O lo que es lo mismo, muchos comerciantes van a tener que pagar más -en ocasiones mucho más- por permanecer en su local.


Con aquella ley, los inquilinos han podido mantener alquileres muy por debajo del precio marcado por el mercado inmobiliario, para desesperación de muchos propietarios que veían cómo en el local de al lado se pagaba hasta diez veces más. Tan solo se han ido equilibrando los precios con las actualizaciones anuales del IPC.


Sin embargo, lo que para unos es una buena noticia, para otros puede suponer la puntilla para su negocio en una época de caída del consumo. “Algunos comercios, servicios e incluso industrias no podrán soportar unas rentas incrementadas con la rentabilidad actual”, reconoce el presidente de la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios (ECOS), José Antonio Pueyo.


Al tratarse de contratos privados entre ambas partes, se desconoce el número de tiendas afectadas en Aragón. Por zonas, lógicamente se verán implicadas aquellas ubicadas en los cascos históricos y en las calles más comerciales de las urbes de la Comunidad.


En Zaragoza, por ejemplo, vías como la calle de Alfonso I, Don Jaime o el paseo de la Independencia. “Algunos barrios con comercio desde hace años como Delicias, Las Fuentes o San José también pueden tener establecimientos con este tipo de rentas antiguas”, indica Pueyo.

Exceso de locales

Paradójicamente, la propia crisis puede salvar los muebles a los comerciantes. El exceso de locales vacíos en las ciudades ha rebajado sensiblemente su precio medio, y muchos propietarios no pueden permitirse perder un ingreso, aunque esté por debajo de mercado.


“En una época normal sí que podrían quedar libres locales emblemáticos, pero con la actual crisis presumo que, salvo excepciones, se llegará a acuerdos”, explica Fernando Baena, presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Aragón y Soria.


Por si acaso, y para evitar un goteo de cierres de locales, José Antonio Pueyo propone “establecer moratorias si el incremento del alquiler va a suponer despidos, compensar al propietario de dicho local y establecer cauces de arbitraje entre arrendadores y arrendatarios”.