Consecuencias de la crisis

Cada vez más familias sacan a sus abuelos de las residencias para vivir de su pensión

Hogares aragoneses con todos los miembros en paro aducen que ahora tienen tiempo para cuidarles y reconocen que la paga del anciano ayuda a llegar a fin de mes.

El camino de vuelta de la residencia de ancianos al hogar familiar se está agudizando con la crisis económica. Cada vez se dan más casos de personas mayores deben dar este paso, solicitado normalmente por los hijos o nietos, para contribuir con su pensión a llegar a fin de mes.


No hay cifras sobre esta realidad, pero los trabajadores de los centros de atención lo confirman. “Teníamos a una señora con Alzheimer hasta que un día vino la hija a llevársela a casa. Se había quedado en paro”, explica Pilar Ferruz, directora de la Residencia de Mayores y Centro de Día de Sástago, gestionada por la Fundación Rey Ardid.


Su plaza costaba más de 1.200 euros, y la hija reconocía que ahora tenía tiempo para cuidarla ella misma, y así aprovechar ese dinero para la familia, que estaba en apuros”, resume. 


Esta situación se da cada vez con más frecuencia, y afecta a las personas mayores con pensiones medias-altas, cuyos ingresos pueden representar un significativo impulso a la economía familiar. Los trabajadores del sector reconocen que son pocos los casos que se dan cuando la pensión es baja.


Solo en Aragón hay ya cerca de 30.000 familias con todos los miembros en paro, y son estos hogares los que peor están pasando la crisis. Sin embargo, no todos reconocen esta situación por vergüenza.


Ferruz cuenta más casos: “Hace poco se llevaron a un señor del centro de día que pagaba unos 500 euros porque no podían pagarlo”, comenta. A su juicio, y al de otros profesionales, es importante que en el retorno al hogar no pierdan calidad asistencial.


De hecho, la primera pregunta que hace una familia al llamar a una residencia ya no es acerca de los servicios, sino “cuánto cuesta al mes”, señala la directora. Porque no solo se están dando de baja a personas mayores de las residencias, sino que cada vez se registran menos solicitudes de entrada.