La dimisión del director general de Vivienda y Rehabilitación, Rogelio Silva, el pasado martes, sorprendió al consejero de Obras Públicas, Rafael Fernández de Alarcón, quien ha asegurado que ésta no responde "en absoluto" a sus relaciones personales o políticas, que son "buenísimas". 

Así lo ha asegurado a los medios de comunicación en las Cortes de Aragón el titular del departamento al que pertenecía Silva, y que éste había dirigido en la anterior legislatura.

El consejero ha insistido en las razones que el propio Rogelio Silva adujo en la carta de dimisión que envío al propio Fernández de Alarcón, y en las que hablaba únicamente de razones "personales" para su abandono del cargo.

Fernández de Alarcón ha agradecido "los servicios prestados a la comunidad" por Silva y ha enfatizado que ha trabajado "muy a gusto" a su lado, hasta el punto de que la única comparecencia conjunta que se ha producido en el parlamento de un consejero con un director general de su departamento fue la que ambos protagonizaron relativa al Plan de Vivienda.

Ha negado que la dimisión se deba a discrepancias por la escasa dotación presupuestaria del área que Silva dirigía, porque él "sabe que las limitaciones que existen".

También ha asegurado que el Plan de Vivienda Social, que elaboraron "entre los dos" según ha dicho, va a seguir adelante, porque es "uno de los principales proyectos" del ejecutivo.

Respecto al sustituto de Silva, Fernández de Alarcón ha apuntado que cree que lo habrá, aunque a quien le compete nombrarlo es al Consejo de Gobierno y, en este caso, a propuesta del Partido Aragonés, al que Rogelio Silva pertenece.