La capital aragonesa ha registrado este viernes la temperatura más alta de la Comunidad, 41,7 grados, por debajo de la máxima absoluta de los últimos 70 años, los 43,1 grados que se alcanzaron el 22 de julio de 2009.

Después de Zaragoza, la temperatura más alta hasta las 17.00 se ha medido en Fraga, con 41,3 grados, seguido de Calatayud con 41, Bujaraloz con 40,07, Caspe con 40,6, Daroca con 40,4 y Teruel con 40,2, han informado fuentes de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

El jueves la temperatura máxima se alcanzó en Calatayud, 40,2 grados, mientras que en el Aeropuerto de Zaragoza se midieron 39,3 y 40 en la estación del Jardín Botánico, 38,7 en Teruel y 38,2 en Huesca.

Según el registro histórico de la Aemet entre los años 1941 y 2012, tras Zaragoza en cuanto a máximas absolutas se encuentra la capital oscense, con los 42,6 grados que se dieron el 7 de julio de 1982, los 40,2 de Daroca el 13 de agosto de 1987 y los 39 del 3 de julio de 1994 que se registraron en Teruel.

Llenazo en las piscinas

El intenso calor en Zaragoza ha contribuido a que la ciudadanía se refugie en las piscinas, centros que estas dos jornadas están recibiendo una mayor afluencia de bañistas en comparación con semanas anteriores.

Así, mientras en la Granja los viernes a partir del mes de julio suelen ser "más flojos", este viernes "no ha parado" de entrar gente, según han confirmado fuentes de las instalaciones, al igual que en el CDM Gran Vía, donde esta tarde se contabilizaban 840 personas.

En el barrio de Santa Isabel el jueves se registraron 700 personas, una cifra, han asegurado desde esta piscina, muy elevada en comparación con otros días, y el viernes, a pesar de que se ha estropeado el vaso grande, a primera hora de la tarde ya habían entrado 503 usuarios.

Además de en las piscinas y establecimientos cerrados, también se ha notado una mayor afluencia a los centros comerciales, como el de Grancasa, donde el adjunto a Gerencia, Héctor Martínez, ha destacado que en esta época es común que la gente acuda aquí a refugiarse y refrescarse, especialmente a partir de media tarde, cuando han terminado con sus obligaciones laborales.

A pesar de la elevada temperatura, que afecta especialmente a personas mayores y niños, desde el Gobierno de Aragón han informado de que no hay constancia de que se hayan producido ingresos hospitalarios por golpes de calor.