Un extraño paseo

Estábamos en Espés de vacaciones, cuando decidimos ir a pasear al bosque. Empezamos a caminar. Ya nos quedaba poco para estar en el mirador, en ese mismo momento se puso a llover. Ninguno sabía qué hace; por fin decidimos seguir hasta la cabaña y refugiarnos. Mi padre ya había estado, dijo que no era muy distante de donde nos encontrábamos. Llevabamos una hora caminando y todavía no se divisaba, cuando mi hermano chocó con algo no visible. Pudimos averiguar donde estábamos: ¡era la cabaña¡. Al entrar contemplamos a cinco duendes practicando sus hechizos. Pasó un rato hasta que nos vieron y pudimos pasar para calentarnos. A cambio de cobijarnos por una hora, tuvimos que convertirnos en el animal del bosque que más miedo nos diera: mi madre de jabalí, mi padre de oso, mi hermano de escurzón y yo de serpiente. Cuando cesó la tormenta salimos rumbo a casa. Al llegar al pueblo se habían deshecho ya los encantamientos. Dejaron de darnos miedo los animales del bosque.