Homenaje a mis abuelos

None

Que la vida actualmente es difícil, nadie lo pone en duda…, pero ¿cómo era en la época de nuestros padres? Mis abuelos vivían en Zaragoza con 4 niños pequeños, hasta que trasladaron a mi abuelo a Anzánigo, un bonito pueblo de Huesca. El cambio de vivir en la ciudad, donde la vida no era fácil, a vivir en un pueblo de montaña fue muy penoso, y así nos lo relataba mi abuela. Los inviernos eran muy duros, el río Gállego que pasaba por el pueblo se helaba, y cuando eso ocurría no podían atravesarlo y, por ejemplo, tenían que andar 2 km para poder ir a la escuela.


Vivían con lo imprescindible, en la tienda del pueblo compraban aceite y poco más, la carne ni la conocían, la verdura, gracias al huerto que cultivaban mis abuelos, la fruta escasa sólo manzanas y peras, el pescado: barbos, truchas y madrillas que pescaba mi abuelo con una caña que él mismo se fabricaba. Como en aquellos tiempos no había ni tele, ni radio, ni consolas, mientras mi abuela hacía los quehaceres de la casa, mi abuelo reunía a los niños, a los que hay que sumar a mi madre y mi tío que nacieron allí, en la cadiera junto a la chimenea y los entretenía contándoles cuentos como el de Marieta.


Yolanda Santos Grima