Migración laboral

Zaragoza y Teruel exportan más trabajadores de los que reciben

Huesca, por su parte, es una de las pocas provincias del país con un flujo positivo de trabajadores, procedentes de regiones vecinas.

Oficina del INAEM en Zaragoza
El 92% de los contratos que se firmaron en 2011 fueron temporales
G. M.

En plena crisis económica, y con el nuevo Gobierno central anunciando recortes a ritmo semanal, el paro sigue siendo una de las principales preocupaciones en la comunidad aragonesa. Y en este sentido, tan importante es crear empleo como no perderlo.


Por eso, un reciente informe de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (AGETT) ha puesto sobre la mesa el flujo migratorio de trabajadores entre provincias. O lo que es lo mismo, la comparativa entre el número de personas que se van en busca de un empleo, y las que llegan.


De esta forma, queda patente la capacidad de cada región para retener el talento cuando se trata de personas cualificadas, así como absorber mano de obra en las ocupaciones demandadas.


En lo que se refiere a Aragón, destaca la situación de la provincia de Huesca, una de las pocas del país que todavía mantiene un flujo positivo, ya que recibe más trabajadores de los que exporta. Su ratio es de 1,21, solo superado por Madrid, Álava, Jaén, Barcelona y Soria.


De este modo, la AGETT enmarca a Huesca dentro del grupo de territorios que “mantienen un flujo de entrada de capital humano positivo” y que, en consecuencia, “absorben el talento”. Sin embargo, y aunque la provincia mantiene una de las tasas de paro más bajas de España (14%), la situación sigue siendo preocupante, ya que hay más de 15.000 oscenses en las listas del Inem, tres veces más que en 2007.


Por su parte, Zaragoza y Teruel son dos de las 36 provincias con un ratio de atracción negativo, ya que dejar ir más trabajadores de los que reciben. Con 0,84 y 0,86 respectivamente, se sitúan en mitad de la clasificación, aunque por debajo de la media nacional (0,96).

Menos contratos, más movilidad

Consecuencia directa de la crisis, la movilidad entre territorios se intensifica. Aunque la tasa de movilidad del país se mantiene en el 12% desde 2008, el número de contratos es mucho menor. O lo que es lo mismo: a la gente no le importa dejar atrás su lugar de nacimiento o residencia con tal de estampar la firma en un contrato laboral.


Según los expertos, el perfil del trabajador que se desplaza entre provincias para acceder a un empleo es el de un varón, de 25 a 34 años y que trabaja en agricultura (que agrupa al 17,99% del total de tasa de movilidad) y sin estudios (17,12% de tasa de movilidad). Sus principales destinos son Madrid, Toledo, Barcelona y la costa Mediterránea.