Sector inmobiliario en Aragón

La cesión y el trueque de pisos ya suponen el 40% del mercado

La crisis incentiva este tipo de acuerdos, que evita gastos de compra-venta y permite despedirse de una hipoteca a cambio de un piso 'menor'.

Viviendas del Grupo Girón ya rehabilitadas
Luz verde para rehabilitar un edificio del Grupo Girón
J. B.

Existe una máxima que asegura que durante cada crisis financiera la sociedad retrocede unos años. Pero pocos podían aventurar una vuelta al pasado tal como para que el trueque vuelva con fuerza a la economía de un país. Sin embargo, la dificultad para acceder al crédito han hecho de este y otros sistemas una necesidad si se quiere acceder a una vivienda.


De hecho, en el mercado inmobiliario aragonés, las donaciones, permutas y herencias suponen ya el 40% de las operaciones, según datos de 2011 del Instituto Nacional de Estadística (INE). Con las compra-ventas en caída libre, el sector se mueve como puede.


Por ejemplo, con las donaciones. El año pasado se produjeron 755 en la comunidad, frente a las 316 de 2007. Y eso que todavía no estaba en vigor la rebaja gradual del impuesto de Sucesiones y Donaciones, que comienza con un 20% en 2012 hasta llegar al 100% en 2015. De esta forma, los padres podrán dar a sus hijos un piso sin coste alguno, como ya sucedía en la mayoría de las regiones del país.


El caso del intercambio de viviendas es más complicado, pero vive estos años su mejor época. Se trata de un procedimiento en el cual dos propietarios se ponen de acuerdo para permutar un piso por otro, lo cual elimina los gastos de compra-venta.


Solo hay que echar un vistazo al portal digital especializado en el tema Sepermuta.es, donde este lunes ofrecían 141 referencias de pisos para intercambiar solo en Aragón. Los clasificados y anuncios por palabras son otro buen reflejo.


Las cifras del INE señalan que este tipo de operaciones han disminuido hasta las 5.885 en España. Pero esto se debe a que antes las permutas se basaban en solares entre constructores y administraciones. Con el parón inmobiliario, ahora son los propietarios en apuros los que recurren a una de las fórmulas de negocio más antiguas que se conocen.


De hecho, los apuros económicos obligan a muchas familias a poner en permuta su vivienda a cambio de otra de menor tamaño o valor, con el objetivo de liberarse de una hipoteca que les ahoga cada mes. La ley estatal establece que una de las propiedades no debe superar la tercera parte del valor de la otra para avalar la operación. Hasta ese momento se considera permuta, si lo supera, se trataría de un caso de compra-venta habitual.


Por su parte, las viviendas adquiridas mediante herencia se mantienen en los mismo niveles. El año pasado se transmitieron 5.494 pisos en Aragón por esta vía.