PASEOS EN FAMILIA

Una cascada monumental

Esta excursión nos guiará hasta un lugar insólito, donde el río Tastavins ha excavado una enorme cascada por la que desploma espectacularmente sus aguas: El Salt. Todo en medio de un paisaje mediterráneo con una amplia variedad vegetal y animal que harán nuestro paseo inolvidable.

En el punto donde dejamos el coche tomamos la pista que corre paralela a la margen izquierda del río Tastavins. Nos encontramos en terreno de clara vocación mediterránea, entre hermosos olivares y cultivos abancalados, adornados en primavera por los coloridos ababoles. La vegetación natural está dominada por los pinares de pino carrasco, con una densa orla arbustiva de lentiscos, coscojas y estepas. Algunas encinas dispersas reivindican también el territorio.


Siguiendo las indicaciones llegamos, en 1,8 km, hasta un cruce de caminos importante: a la izquierda vuelve a señalar El Salto; enfrente nos encontramos con el PR 2, que viene de La Portellada; y por nuestra derecha llegaríamos hasta lo alto de El Portillo, en la carretera de Valderrobres a La Portellada. En este punto podrán comenzar el bucle, como veremos luego, los excursionistas más avezados. De momento nosotros tomamos el desvío de la izquierda. En 200 metros nos encontramos con la espectacular cascada de El Salt. El nivel del río, como corresponde a un clima mediterráneo, es muy irregular, pero nunca nos defraudará la caída de más de 20 metros. La erosión ha moldeado las rocas en formas suavemente alomadas. En primavera y verano numerosos aviones y golondrinas se sumarán al canto de los abejarucos, ruiseñores y currucas cabecinegras. Llegados a este punto todos tendremos ganas de descender hasta la base de la cascada. Para ello debemos cruzar primero el río, lo cual puede implicar remojarse los pies. Una vez en la otra orilla vemos una pista que baja pronunciada hasta el lecho del río.


Enormes bloques de conglomerados, aquí llamados tormos, desparramados aquí y allá por el empuje del agua, nos recuerdan la tremenda fuerza de la naturaleza. Éste es el momento de disfrutar de un chapuzón en verano y de recorrer la orilla derecha del Tastavins. No nos costará encontrar refugio si el sol es abrasador. Los más naturalistas pueden aprovechar el rato para buscar los rastros que la nutria deja en su camino. Ranas, lavanderas y andarríos chicos harán más agradable la búsqueda. En remansos y pequeños cauces de agua subsidiarios se desarrollan interesantes comunidades vegetales llamadas de fuente, dominadas por juncos, mentas, verónicas y berros. Cuando hayamos chapoteado lo suficiente, abandonamos la cascada y el río e iniciamos el camino de vuelta hasta el cruce de caminos principal que habíamos pasado antes. Aquí se plantean dos opciones: retomar la pista inicial para regresar al auto o subir por la pista de la izquierda, que indica PR 2, hacia La Portellada.


Marcas amarillas nos señalan el camino, tomando siempre los desvíos a nuestra derecha. Subimos entre pinos, olivares y cultivos herbáceos bellamente abancalados. El espec táculo multicolor de la primavera es sensacional. A los 3 km llegamos a una pista asfaltada que debemos tomar a la derecha; en 400 metros estamos en lo alto de El Portillo, donde se juntan las carreteras que comunican Valderrobres con La Portellada y Ráfales. En este punto tenemos que descender algo más de un km por la carretera de Valderrobres hasta alcanzar, a la derecha, el PR 2, que nos devuelve hacia El Salto. Siguiendo los indicadores llegaremos hasta el cruce de caminos donde habíamos iniciado el bucle. La pista de la izquierda nos lleva de nuevo al coche, caminando siempre paralelos al río.