Un baño de gaseosa para iniciar la marcha

Mientras las campanas volteaban en la mañana de ayer, cientos de samperinos iniciaban sus fiestas entregándose al divertido frenesí con litros y litros de gaseosa una vez que el cohete anunciador estallaba.

Nadie quedó libre de mancharse de harina y huevos. Pero nadie tampoco quería librarse. En ese momento, los jóvenes improvisaron bailes, congas, y no pararon de saltar al ritmo de la charanga.

El ambiente poco a poco se fue trasladando hasta el Arco de Santo Domingo, reformado para las fiestas del año pasado. Allí, el santo recibió el cachirulo. A continuación, los peñistas iniciaron un colorido recorrido por las calles, mientras los vecinos los mojaban con mangueras y les tiraban cubos de agua. Los más previsores acudieron gel en mano para poder eliminar toda la harina de piel y ropa. La jornada terminó con toros de fuego y baile.