Conocer la ciudad de Albarracín, Monumento Nacional desde 1961, es un poco más fácil a partir de ahora. Y es que la Fundación Santa María, entidad sin ánimo de lucro promotora de actividades culturales, ha ampliado hasta el 31 de agosto los horarios de atención al público, que van a dotar a los turistas de una mayor libertad.

El Museo Diocesano, el de Albarracín, la Torre Blanca, el Castillo o la Catedral, principales focos de atención, estarán a disposición de los visitantes todos los días de la semana, incluido festivos, tanto en horario de mañana como de tarde. De esta manera, como viene siendo habitual en los últimos años, se pretende potenciar el turismo durante el período estival.

Propuesta por la UNESCO para ser declarada Patrimonio de la Humanidad, esta ciudad medieval, con un diseño singular, desea dar a conocer su patrimonio artístico y cultural. En este sentido, Antonio Jiménez, director gerente de la Fundación Santa María, destaca las «importantes labores de restauración» que se están realizando.

A pesar de que queda mucho trabajo por hacer, especialmente en la Catedral, la oferta actual suscita interés más allá de tierras aragonesas, tal y como asegura el propio Jiménez: «La procedencia es muy variada. Aunque el público preferente es el de la costa levantina, viene gente de ciudades como Madrid, Barcelona, País Vasco o Murcia».

Por ahora, las calles de Albarracín mantienen su tranquilidad habitual, a la espera de que la eclosión de visitantes tenga lugar en la primera quincena de agosto. «Es el período de mayor afluencia, el que más suma a los 120.000 visitantes que aproximadamente acuden a la ciudad anualmente», concluye el director de la Fundación.