Necesarias, pero peligrosas

Atascos interminables, retenciones sin fin y nervios a flor de piel. Las obras son absolutamente necesarias para que las vías por las que circulan los coches se modernicen. No obstante, provocan situaciones poco deseadas y, en muchas ocasiones, peligrosas para los usuarios. Centro Zaragoza (CZ) ha analizado las situaciones en las que los conductores se ven sumidos al llegar a un tramo en obras (peligros y atascos) y ha elaborado una serie de consejos a tener en cuenta a la hora de enfrentarse a esas indeseables situaciones.

Los titulares de la vía o la empresa adjudicataria de la obra en su caso deben advertir, con la suficiente antelación, la existencia de una obra. La señalización tendrá dos objetivos fundamentales: informar al usuario de la presencia de obras y ordenar la circulación en la zona a la que afectan.

Las particularidades de cada trabajo en concreto hacen que la señalización deba variar de una obra a otra. Los responsables de la señalización de los trabajos, según indica CZ, han de tener en cuenta el tipo de vía, la intensidad y velocidad normal de la circulación en el tramo. Con anterioridad al tramo, la visibilidad disponible, la anchura y la longitud de la zona de la vía reservada a las obras, la duración de las mismas y la peligrosidad que supone que un vehículo invada la zona reservada a los trabajos. Estas circunstancias serán las que hay que tener en cuenta a la hora de determinar la ordenación en la circulación.

La señalización de la obra deberá resultar fácilmente comprensible y directa, informando al usuario sin saturarlo. Los datos no necesarios deberá ser suprimidos y anularse aquellas señales permanentes que entren en contradicción con las colocadas para la realización de la obra. Además, tendrá que ser continuamente actualizada y retirada, ya que deja de tener validez.

Antes de coger el coche

Si hay que desplazarse por la ciudad, tal vez haya que plantearse si se puede llegar andando o en bicicleta al lugar al de destino. Muchas veces se gana tiempo y, además, es más saludable. Si no es así, el transporte público puede ser una buena solución. CZ apunta que, de este modo, se realizará una pequeña aportación a la fluidez del tráfico, al no incluir otro vehículo dentro de la caravana, a la vez que se gana tiempo al utilizar los carriles especialmente destinados a la circulación de autobuses y taxis.

Si el viaje es más largo, puede resultar interesante informarse de la situación del tráfico antes de iniciar el desplazamiento. De este modo, se puede elegir otro camino que permita evitar los atascos que causan las obras, haciendo el viaje más agradable. La navegación dinámica incorporada por algunos de los dispositivos de guía más avanzados puede ayudar a la hora de tomar una ruta alternativa que evite los indeseables atascos provocados por las obras.

Zona de conflicto

Si hay que atravesar un tramo en obras, al advertir la señalización que indica la existencia de trabajos sobre la calzada, hay que moderar la velocidad. CZ advierte que este momento es uno de los que mayor peligro entraña a la hora de conducir, por lo que se extremará la atención, estando preparados para enfrentarse a cualquier situación de peligro que pudiera llegar a producirse.

Una vez que dentro de la zona sobre la que se están llevando a cabo los trabajos, es imprescindible respetar de forma escrupulosa cualquier señalización y seguir el camino marcado por los responsables de la seguridad del tramo.

Tal y como indica CZ, apenas va a existir espacio para desviarse hacia los lados, por lo que la única maniobra que se va a poder llevar a cabo si se detiene el vehículo que va delante será una frenada. Esta razón hace que la distancia de seguridad cobre una mayor importancia, si cabe, en los tramos en obras.