POSTALES DE INVIERNO

Hermosas arquitecturas de hielo en medio de la montaña

Barranco Dos Lucás o de Espierre
Barranco Dos Lucás o de Espierre
FRANCISCO SERRANO EZQUERRA

Foto. «A escasos metros del pueblo de Orós Bajo pasa el barranco d´os Lucás o de Espierre y, siguiendo el curso ascendente, en esta epoca, nos encontramos con el curso de agua y las paredes helados; pero al llegar a la cascada se nos presenta un espectaculo indescriptible», así describe el autor el momento de tomar esta instantánea, en los últimos días de enero. Cámara Canon EOS 550D, obj. Tamron zoom 18-270, disparo a f16, v. 0.3 seg, d. focal 18 mm, ISO 100 + tripode. Fotógrafo. Francisco Serrano Ezquerra, socio de Asafona. Web


La orientación hace de este lugar una umbría casi permanente, que propicia este espectáculo cuando se producen temperaturas continuadas de varios grados bajo cero", explica el fotógrafo Paco Serrano sobre esta cascada helada. Se trata de un sigiloso proceso que comienza en los momentos más fríos de la jornada, de noche y madrugada. "Se empieza a helar la lámina de agua más en contacto con la vegetación, piedra, etc., y allí donde el agua esté en reposo, y, posteriormente, las sucesivas láminas que pasan por encima", señala Amadeo Uriel, delegado en Aragón de la Agencia de Meteorología.


“En la foto, la cascada propiamente dicha sigue líquida y en caso de que bajara aún más la temperatura podría llegar a helarse todo el curso, pero de momento aguanta. También ha podido estar helada y al haber subido lo suficiente la temperatura el agua en movimiento ha erosionado la costra dura y la ha roto, cosa que parece haber sucedido”, continúa explicando el meteorólogo.


Los hielos de los laterales surgen por otras causas. Allí no hay curso de agua que corra, de manera que se forman porque las temperaturas son los suficientemente bajas como para que se congele el agua que rezuma del interior de la roca, o la procedente de una precipitación previa o la que cae desde una altura superior.


«A medida que se van produciendo nuevos aportes de agua (por otras precipitaciones o porque sigue resbalando desde arriba), si la temperatura sigue siendo suficientemente baja, el agua que desliza sobre el hielo anterior, que además está próxima a la congelación, se hiela aumentando el espesor. En el caso de los ‘chupones’ las gotas de agua van deslizándose hasta el extremo, congelándose al llegar a la punta y contribuyendo a alargar la ‘lanza’ de hielo», añade Uriel. Suspendidas en el vacío, parecen invertidos pináculos de catedral gótica. Todo un arte natural.


Cascada de glaciares

Existe otra tercera posibilidad, apunta Amadeo Uriel: “La cascada de hielo formada en glaciares. Son consecuencia del flujo del hielo en los glaciares, principalmente cuando su lecho se inclina o se estrecha. Dado que en esta cascada la velocidad de flujo del hielo es unas diez veces mayor que en el resto de la masa del glaciar, se produce una deformación plástica del hielo y aparecen grietas. La intersección de estas grietas puede dar lugar a las formación de columnas de hielo”.


En todos los casos puede apreciarse hielo de dos tipos, continúa aclarando el experto. “El hielo opaco (el color blanquecino se debe a las burbujas de aire atrapadas en el interior) suele ser debido a la sublimación del vapor de agua sobre el hielo ya existente o la superficie sólida a temperatura bajo cero (en este caso las moléculas de vapor de agua pasan de estado gaseoso a sólido), mientras que el hielo transparente es debido a la congelación instantánea del agua sobre una superficie más fría (hielo, roca, etc)”.



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