Hace ya dos semanas que la nieve llegó a las montañas suizas, y algunas estaciones de esquí han abierto sus puertas. Además, también ha nevado en las ciudades; Lausanne recibió durante la semana pasada las primeras nevadas, pero no cuajó hasta el fin de semana, donde nevó tan intensamente que no fue complicado encontrarse con 30 centímetros de nieve en las calles. Esto produjo bastantes accidentes de coche, sobre todo en la autopista (algún despreocupado todavía no había montado sus neumáticos de invierno). Aunque lo mejor fue ver a los más niños jugando con sus trineos y con la nieve el sábado por la tarde.

Así que ahora, cada mañana, hay que levantarse 10 minutos antes para quitar toda la nieve del coche antes de salir de casa, y los que tienen garaje, para quitar la nieve que haya enfrente. Y pronto la gente comenzará a ir a la montaña para esquiar, hacer raquetas o ir con los trineos. Y con tanto frío, lo que más les apetece a los suizos es beber vino caliente y comer fondue.

Pero lo más fuerte vino el martes y el miércoles con unos 25-30 cms de nieve cada día; hacía más de 50 años que Lausanne no veía como nevaba tanto y tan seguido. Esto ha provocado muchos problemas en las carreteras (accidentes, embotellamientos), aeropuertos (retrasos y cancelaciones) y líneas ferroviarias (trenes cancelados, retrasos, restricciones de línea). Esto ha supuesto un varapalo para toda la gente que tiene que desplazarse hasta sus lugares de trabajo, contando con, a veces, hasta el doble de tiempo para ir (yo, por ejemplo, tardo puerta a puerta 1h30, pero estos días no bajo de las 2 horas). Algunas empresas han permitido a sus trabajadores terminar un poco antes (media hora) para evitar problemas en los desplazamientos; los hay quiees tienen la suerte de poder trabajar desde casa o incluso que se quedan en casa porque la empresa no abre. Y este sábado se celebra la carrera de l'escalade en Ginebra, pero visto lo visto, van a tener que cancelarla por la nieve, sería posiblemente la primera vez en la historia.