FRANCIA

La nieve, un elemento ineludible del invierno

Recuerdo ya hace unos años en Zaragoza, una nevada de esas que no se olvidan, que pilla por sorpresa hasta a los más ancianos del lugar.

Recuerdo ya hace unos años en Zaragoza, una nevada de esas que no se olvidan, que pilla por sorpresa hasta a los más ancianos del lugar.


El paisaje totalmente cubierto de blanco, con los tejados de postal y las calles resbaladizas. Yo estaba en el colegio, y me acuerdo perfectamente como a mitad de mañana salimos al recreo para tirarnos una foto como recuerdo de aquel día, con el patio entero cubierto de blanco. Y lo que disfrutamos, jugando con la nieve, lanzándonos bolas, revolcándonos. Lo cierto es que era un auténtico acontecimiento para nosotros, un día de fiesta. Aquella mañana, mi padre vino a despertarme con un mensaje directo “está nevando!!!”, y ese día no había sueño, ni costaba levantarse, salí como una exhalación hasta la ventana del salón para quedarte medio hipnotizado con una media sonrisa y la mirada fija en aquellos copos. Y es que en Zaragoza no es para nada algo habitual, y lo convierte en algo verdaderamente especial.


Aquí en París por el contrario, la nieve es un elemento ineludible cada invierno. De las tres estaciones hibernales que he vivido por aquí, no habido ninguna en la que la nieve haya faltado a su cita, y se haya convertido en un factor habitual al menos durante algunos días en los meses de Diciembre y Enero. Esta semana, por no ir más lejos, ha llegado ya la nieve a París, copos que han comenzado a cubrir la ciudad de blanco. El hecho de que las temperaturas sean tan bajas, y anden muchas veces por debajo de los 0 grados, hacen que la nieve cuaje rápido y se mantenga en las calles unos cuantos días.

Es por esto que aquí la gente vive un tanto habituada a las nevadas, y no se llega a vivir desde esa sorpresa o ese nerviosismo, que recuerdo yo de niño en Zaragoza, las pocas veces que aparecía la nieve como por sorpresa.