Blancos por naturaleza

Muchos animales de medios nivales, que habitan en latitudes polares o en las cumbres junto a la nieve, son por naturaleza de color blanco. El oso polar, la liebre variable, el lobo ártico o el búho nival son todos así… y su diseño responde a un caso claro de mimetismo, de tratar de pasar desapercibido en el paisaje para cazar y no ser cazado. Pero para poder observarlos no hace falta irse tan lejos.


Aquí en Aragón tenemos dos ejemplos de animales de plumaje y pelaje blanco, aunque sólo sea temporalmente durante el invierno: la perdiz nival y el armiño. Ambos en verano se tornan de colores prados o grises, siempre miméticos y discretos con el entorno en el que viven.