CAMBIO CLIMÁTICO

Una red meteorológica de altura

Desde comienzos de la década de los ochenta, los refugios de montaña y las estaciones de esquí aragonesas vienen colaborando con la Agencia Estatal de Meteorología (anterior Instituto Nacional de Meteorología), registrando diariamente datos meteorológicos y del estado de la nieve (nivometeorológicos), que posteriormente cifran y envían al Grupo de Predicción y Vigilancia de Zaragoza. Estos puntos de observación se sitúan tanto en el Pirineo oscense como en las zonas más altas de la Ibérica de Teruel.

Refugio de Lizara, con el Bisaurín al fondo
red nivologica
FRANCISCO ESPEJO

La red nivológica actual en Aragón se compone de los observatorios instalados en los refugios de Linza, Lizara, Respomuso, Panticosa (Casa de Piedra), Góriz, Pineta, Estós, Ángel Orús y La Renclusa y en las estaciones de esquí de Candanchú, Formigal (Furco y Sextas), Panticosa-Los Lagos y Cerler. En la Ibérica turolense hay observatorios en la estación de esquí de Valdelinares y en el Refugio Rabadá y Navarro, en la Sierra de Javalambre.


La finalidad inicial de las observaciones nivometeorológicas es disponer de información para poder realizar los boletines diarios de estimación de riesgo de aludes durante la temporada invernal. En la actualidad, la cadena pirenaica sigue siendo la única para la que está disponible este tipo de información en España.


Desde el Refugio de Góriz, en Ordesa, el más elevado (2.215 metros) y veterano, hasta el de Pineta (1.240 metros) que es el de menor altitud, diariamente miden las temperaturas (máxima, mínima y en el momento de la observación), humedad, velocidad y dirección del viento, precipitación, cantidad y forma, altura de la nieve reciente y acumulada, tipo de nieve en la superficie, tiempo pasado y presente, y varios parámetros relacionados con la observación de aludes. En cuatro de ellos (Góriz, Ángel Orús, Respomuso y Estós) estos datos se toman dos veces al día. La gran mayoría de los observatorios pirenaicos realizan, durante la campaña de nieve, sondeos y perfiles de todo el espesor del manto nivoso para determinar su composición y estabilidad al menos una vez por semana.


Desde la campaña 2009-2010 se han comenzado a realizar adicionalmente y con mayor frecuencia test de estabilidad de la nieve, que necesitan de menos tiempo para su realización y aportan mucha información sobre la posibilidad de desencadenamiento y propagación de los aludes de placa.


El hecho de que la mayoría de la red siga tomando datos no solo durante la campaña de nieve sino durante todo el año, hace que esta red tenga un altísimo valor a la hora de realizar los boletines meteorológicos específicos para la montaña, que en Aragón se realizan todos los días para el Pirineo y la Ibérica.


Disponer de datos diarios de temperaturas y precipitaciones hace que el valor de esta red aumente más allá de su ya importantísima función de observación diaria. Es sabido que el medio de montaña es mucho más cambiante y variado que el de las zonas llanas.


EXCELENTE EXCEPCIÓN

Por ello, para poder caracterizar el tiempo o el clima de una zona de montaña haría falta disponer de una mayor densidad de observatorios que en las zonas llanas. Sin embargo, paradójicamente, en todo el mundo suele suceder lo contrario, dado que las zonas de montaña tienen menos densidad de población, son más inaccesibles y las propias condiciones que se quieren observar dificultan mucho la observación.


Así, la red nivometeorológica de Aragón supone una excelente excepción a esta regla general y está generando un patrimonio de incalculable valor científico.


Sin embargo, los verdaderos héroes de esta historia son los que diariamente, con unas condiciones meteorológicas comparables y en ocasiones más difíciles que las presentes en muchas bases antárticas, realizan las observaciones nivometeorológicas.


LA MONTAÑA,  LA MÁS VULNEABLE AL CAMBIO CLIMÁTICO

En el contexto del calentamiento global de las últimas décadas, a nadie se le escapa que el medio de montaña, por su riqueza y diversidad natural y por las actividades económicas que en él se desarrollan, es uno de los más vulnerables. Poder disponer de series climatológicas de entornos de alta montaña, con datos diarios desde hace, en algunos casos, más de un cuarto de siglo, es un lujo al alcance de muy pocos en el mundo.


El análisis de estos datos revela que el calentamiento también se refleja en estas series, aunque de un modo bastante más complejo que en las zonas del llano. Las distintas exposiciones y altitudes hacen que en ocasiones aparezcan comportamientos contrapuestos: las zonas más altas parecen tender a estar más cálidas y los fondos de valle no reflejan cambios o incluso están más fríos, posiblemente como resultado de cambios de la circulación atmosférica.


En cualquier caso, el mayor dinamismo de la atmósfera en los medios de montaña y la mayor exposición de estas áreas a las inclemencias meteorológicas hace que de un año para otro haya cambios importantes que enmascaran las tendencias a más largo plazo, por lo que es muy importante continuar las observaciones y la investigación para extraer la mayor cantidad de información posible de los datos existentes.





Amadeo Uriel González. Delegado Territorial en Aragón de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Franciso Espejo Gil. Técnico de estudios y desarrollos. D.T. en Aragón de la AEMET.