El guiñote salta del bar al ordenador

Cantar las 40 sin golpear los nudillos sobre la mesa, sino apretando un botón delante de la pantalla. Perder un coto sin discutir con el compañero de pareja porque no contó los triunfos o se descartó mal en las diez de últimas, sino enviar un mensaje crítico por messenger después de la partida. Jugar a lo largo del día con el portátil a cuestas y esperando jugadores que se conecten, en lugar de ver a los amigos en el bar después de comer para la partida, con café, copa y puro. El siglo XXI diversifica el guiñote y cambia su acto social. Salta del bar al ordenador.

El juego de cartas aragonés por antonomasia tiene su versión digital en la página web www.ludoteka.com, donde unos 800 jugadores celebran cada día mil partidas desde sus pantallas, aunque más de 2.000 clientes habituales están registrados. Otros internautas de una peña de Fornoles (Teruel), abrieron la posibilidad de jugar la partida por el ordenador (www.penyapork.com), aunque su ámbito es más reducido.

"Creamos el guiñote porque nos lo pidieron clientes aragoneses de otros juegos tradicionales de mesa. Uno de los socios es navarro y conocía el juego porque suele practicar el tute, bastante parecido. De los 60 juegos que tenemos y 40.000 jugadores, el guiñote ocupa el puesto 15. Es una afición más local que el parchís, el ajedrez, las damas o la escoba, que son los primeros", precisa Javier Sáez, responsable de la web que está instalada en el País Vasco.

Los internautas que juegan al guiñote virtual en esta web proceden sobre todo de Aragón (más de la mitad), Cataluña, Valencia y Madrid. "A veces aparecen de Argentina o de Italia, aunque en otras ocasiones las estadísticas te sorprenden con Erasmus desde Suecia", agrega Sáez. "Existe una fidelidad grande entre los jugadores y el crecimiento ha sido constante desde que nació hace tres años. El boca a boca lo ha hecho crecer recientemente".

Aunque funciona 24 horas y 365 días del año la hora punta de los juegos de mesa por internet en esta web es la medianoche porque entre las 23.30 y las 00.30 hay 6.500 jugadores en acción, entre ellos los aficionados al guiñote.

Ránking deportivo

Hace un mes, Pedro José Royo entró en internet para descargarse un juego de guiñote y encontró esta web. Es un jugador habitual con sus amigos de la peña 'Los Joterikos' en Valdefierro los fines de semana. Pero un día laborable, mientras se aburría con la programación televisiva, se apuntó "por diversión" a la partida virtual y ahora se ha aficionado.

"Juego una hora todas las noches. Coincido con un chaval de Casetas y otro de Torrero, que nos conocemos. Al principio, te pones un nombre (Peluquillez), empiezas con 1.000 puntos, pero si juegas con los expertos te dan unas grandes palizas y bajas", explica.

Hay un ranquin que se cuelga cada día a las doce de la noche y el primero se llamaba esta semana Eugenio33, que ha alcanzado 4.786 puntos. Es como el balance con el resultado diario de todas las partidas jugadas, pero no se celebran torneos cerrados.

"Evaluamos el nivel de los jugadores de guiñote como se hace con el ajedrez, que está mucho más desarrollado en Internet", explica Javier Sáez. Es decir, la web iguala los juegos y, por ejemplo, los jugadores tienen un minuto para pensar su jugada.

Sin humo y sin mirones

"En el bar no tienes tanto tiempo de pensar. Además del humo que molesta, siempre hay un mirón que te grita para que tires una carta", señala Pedro José Royo. Así no tiene que repetir la frase que se oye en las partidas: "Los mirones solo están para dar tabaco".

La tranquilidad que proporciona el juego virtual lleva a los jugadores a utilizar técnicas casi ajedrecistas como coger su libreta y apuntarse los triunfos que van saliendo. El acicate del guiñote para desarrollar la memoria y atacar el alzheimer para los mayores de edad se agudiza también con el uso del ordenador.

"Tenemos usuarios desde adolescentes a personas de la tercera edad", apunta el empresario. En el caso de Pedro José Royo, sus dos hijas gemelas (Cristina y Noelia, de 13 años) se han apuntado para jugar los fines de semana.

"Cristina se puso de mote 'Joterica' y otro que jugaba desde Cariñena se llamaba 'Baturrico'. Los dos bailan jota y se conocían cuando entraron a mandarse correos por Messenger, después de jugar la partida", relata el padre.

La comunicación entre los jugadores que presumen cuando cantan las 40 ("no joden, pero atormentan") se pierde en la web.

Correo bloqueado, sin trampas

El correo que permite internet entre los jugadores está bloqueado durante la partida para evitar trampas. Tampoco se puede renunciar en un arrastre y evita que el jugador se guarde una carta que le correspondía jugar. La máquina saca los colores al jugador tramposo porque si el juego exige en las diez de últimas seguir el palo, el ordenador lo cumple.

Pedro José lleva 1.400 puntos y ya está en el puesto 1.013 del ránking de internet. Hoy jugará en la peña con sus amigos, pero con las cartas en la mano. Contará sus hazañas de la web a los contrincantes, a su pareja y hasta a los mirones, para conseguir callarlos. Ya se dice en las mesas de los bares: "Este juego lo inventó un mudo".