MONITOR DE CAMPAMENTO

"Cuando devolvemos a los niños a sus padres respiramos de tranquilidad”

La aventura del joven Jorge Prieto en el Moncayo ha llegado a su fin. Su trabajo como monitor terminó el jueves.

La aventura del joven Jorge Prieto en el Moncayo ha llegado a su fin.
"Cuando devolvemos a los niños a sus padres respiramos de tranquilidad”
JM

La aventura del joven Jorge Prieto en el Moncayo ha llegado a su fin. Su trabajo como monitor terminó el jueves. “Cuando regresas con los niños y los devuelves a sus padres es cuando puedes respirar de tranquilidad”.

 

El balance de estas dos semanas en un campamento en plena naturaleza no puede ser más positivo: las actividades se han desarrollado sin incidentes y el tiempo les ha acompañado. ¿Qué más se puede pedir?


Prieto, que atesora una larga experiencia como monitor de campamentos, continúa ahora su labor en Ezcaray (La Rioja), donde practicarán escalada, piragua, travesías... Del Moncayo se lleva un buen recuerdo. No en vano, “ofrece muchas posibilidades para deportes de aventuras y, además, las instalaciones del campamento están muy bien”, explica Jorge Martínez, el director.


Entre las actividades que han llevado a cabo durante estos días, Jorge Prieto hace especial hincapié en el ‘vivac’ (la construcción de un campamento de urgencia y donde el saco y la esterilla son fundamentales).


“Durante la travesía hasta el punto que los monitores eligieron para pasar la noche pararon en una roca perfecta para la otra actividad estrella: la escalada”. Los chavales ya tenían nociones básicas así que “no costó demasiado arrancar”. Su misión era asegurar la ascensión de los niños y animarles.


Una vez llegados al punto escogido para el ‘vivac’, cada grupo montó su campamento en un sitio secreto y comenzó una especie de juego de guerra y estrategia por el bosque. “Se organizaron con una eficiencia asombrosa”, recuerda. Luego “les dejamos plásticos y cuerdas para que ellos solos construyeran un ‘vivac’ que les permitiera pasar la noche. El ambiente era de una gran emoción porque en el juego estaban en juego las esterillas y el desayuno del día siguiente”. Gracias a esta actividad supieron que la solidaridad y el compañerismo eran fundamentales para afrontar cualquier situación extrema.


Los ganadores durmieron más cómodos y tuvieron un desayuno mucho más suculento. Esta actividad fue un “éxito”, tanto que Prieto espera volver a repetir en su nueva misión, ya que se trata de una aventura que siempre llama la atención de los pequeños que eligen un campamento para pasar el verano.