COMUNIDAD DE CALATAYUD

Sediles ensalza el trabajo del agricultor con un exitoso mercado tradicional

La localidad celebró una feria en la que se vendieron productos del campo a precio justo.

Con la venta de miel, hortalizas, caracoles, huevos o frutas, Sediles demostró ayer que los productos agrarios tienen un precio justo. Además, los vecinos de este pueblo de la ribera del Perejiles recuperaron el ambiente festivo que hace 30 años tenía el pueblo por estas fechas, cuando las fiestas patronales se celebraban en septiembre.


Como en otros tantos pueblos, los días grandes se adelantaron para contar con quienes regresan en verano, sólo por vacaciones. Gaiteros y dulzaineros del Grupo Somerondón anunciaron al vecindario la inauguración del mercado tradicional. al que acudieron agricultores y artesanos del valle del Jalón para vender sus productos.


"Es una jornada festiva y de protesta. Intentamos que sea un mercado en el que los agricultores vendan el producto al precio que debería para que fuera rentable la agricultura, y es un precio inferior al que lo compra el consumidor", manifestó el alcalde, Juan Luís Condón. Román Vicén tiene 68 años y toda su vida se ha dedicado a cultivar la tierra. Detrás de un mostrador construido con cajones, exponía cebollas y calabazas. "Esta cebolla pesa un kilo y medio, y vendemos tres como esta a dos euros" ilustraba a los presentes.


Según una lista con los precios vigentes en el supermercado esta misma semana y que estaba colgada en la fachada del bar, por un kilo de esta misma hortaliza se cobraban 0,95 euros. "Tengo más pequeñas, no todas son así, y la mayoría las crío para casa. Pero, como han preparado este mercado, las hemos traído", indica Román.


Este vecino de Sediles recuerda cuando hace 50 años llevaban la mercancía a Calatayud todos los sábados. "Bajábamos pimientos, melocotones, tomates... lo que tenías, y la gente compraba allí, no era como ahora", rememora.


"Esto lo tenían que hacer en todas las riberas de la comarca. Cada 15 días en un pueblo", opinaba Ángel Francia. "No se valora lo que se produce en el campo y mira ese aceite, es de los más puros que hay; o la miel, que la hacen los mismos que la recogen", añadió este vecino de Maluenda, aunque descendiente de Sediles.


"Hemos hecho corto"


"Por ser el primer año creíamos que no iba a tener éxito y, sin embargo, hemos hecho corto", decía María José, detrás de un mostrador con macarrones.


Agustín Ruiz tiene desde hace tres años un criadero de caracoles en Miedes. "Aquí los estamos vendiendo a ocho euros el kilo, y en el mercado a 10 euros, normalmente los llevamos a Ejea", explica. La producción del caracol se limita al periodo que va de marzo a octubre, porque este molusco no aguantaría los hielos propios del invierno en esta zona. "Suelen salir 3 kilos por metro cuadrado, y se trata de recoger todos los días, unos más, otros menos…", indica Agustín.


Melocotón, ciruela, pera de diferentes variedades, manzanas, melones, higos de cosecha propia y brochetas de moras hacían muy vistoso el puesto del que se encargaba Luisa Pablo. "Van muy bien las ventas, no esperábamos que hubiera tanta afluencia de público y algunas cosas ya están casi agotadas", decía.


El kilo de melocotón de categoría I, el de manzana y pera costaba un euro, los higos dos euros, y el melón 0,50. "Este melocotón vale el doble o casi el triple en la tienda, y el precio que ponemos aquí, es directo del agricultor, es decir, que a él le queda beneficio", manifiesta Luisa.


Emilio Jacobo, el herrero de Sediles vendía ayer huevos de corral y miel de Torralba de Ribota. "De los 60 botes que había sólo quedan estos cuatro que ves", decía. El precio de un 1,2 kilos era de 4,50 euros. En otro puesto se vendían sus piezas de forja. Jamoneros, botelleros, "y el ajuar que se les regalaba a los novios que llevaba tenaza, badileta y los gatos, que era precisamente para que los gatos no se pudieran acercar y tirar los pucheros, porque antes se guisaba en el hogar", explica Jacobo. La mañana ventolera y festiva acabó con un parrillada de 75 kilos de carne.


La Asociación Bilbilitana de Amigos de la jota actuó por la tarde. Se fueron recogiendo los puestos y una ronda jotera recorrió las calles al anochecer. En otros tiempos posiblemente hoy sería día de recolección, pero entre el centenar de sedilanos sólo quedan dos agricultores. Las dificultades que atraviesa el campo obligan a buscar el empleo en otros sectores, y eso ha reducido el censo de población.