Desde 1994, los agricultores de Torralba de Ribota esperan una solución para llegar al casco urbano desde el camino de La Hoya, a través de la N-234. Ese año se dibujó una línea continúa por la falta de visibilidad, lo que les obliga a circular por la carretera unos dos kilómetros en sentido Calatayud y dar la vuelta.

El camino de La Hoya es el único que lleva a la zona de vega de la localidad, por lo que es transitado durante todo el año, y de forma más intensa durante la campaña de recolección. "En esos dos kilómetros y con los remolques llenos de carga por la N-234 también se corren muchos riesgos", asegura el alcalde, Alfonso Puertas.

Hace tres años ya se remitieron cerca de 200 firmas a Demarcación de Carreteras pidiendo una solución, pero no se obtuvo ningún resultado. Desde el Ayuntamiento han propuesto varias opciones para unos trabajos oportunos, ya que el Ministerio de Fomento acaba de iniciar la mejora del pavimento de la carretera nacional a su paso por la comarca. "Vemos que se van acercando las obras a nuestro cruce y si se arregla la carretera y no se soluciona nos imaginamos que no la volverán a tocar", afirma Puertas.

En febrero, Demarcación de Carreteras comunicó al Consistorio que una de las soluciones planteadas era viable, porque también facilitaba el acceso al camino de la Virgen de Cigüela. "Nos autoriza a que hagamos un proyecto y lo ejecutemos, pero nosotros no tenemos capacidad".

El Ayuntamiento plantea que el camino de La Hoya continúe paralelo a la carretera, acercándolo a la entrada de Torralba para mejorar la visibilidad y poder trazar línea discontinua, o incluso crear en la N-234 un carril central de espera. "Estaríamos dispuestos incluso a comprar una finca para mejorar el acceso a la carretera desde los caminos rurales", asegura el primer edil.

Por la N-234 circulan menos de 5.000 vehículos diarios. "Si llevara más volumen de tráfico, quizá las medidas de seguridad se antepondrían a los accesos", explica Alfonso Puertas.